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por si me lees

Alioth

Sep 20, 2024

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por si me lees
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Ya no recuerdo la última vez que escribí sobre ti, me trae nostalgia, pero constantemente estoy escribiendo sobre ti, es irónico, pero me encuentro saturado del arte que me brinda tu alma, como una musa, ninfa de mi bosque, te recuerdo y te sueño aquellas veces en las que me cuesta dormir. La noche anterior ya no me respondiste los mensajes que te envié, me dio pesar pues yo aún no te quería dejar ir, pero me gustó imaginar que te encontrabas descansando bajo esas suaves pestañas de oro.

Me encuentro enamorado eternamente de los poemas que emana tu alma, y los memorizo con temor de que tu existencia se haga efímera, nunca he sido consciente de mi despedida en tu nombre y no pienso en ello pues no quiero que dejes de acompañarme.

Quiero disculparme, las palabras se me diluían entre las manos cuando te escribía y yo sé, yo sé que lucía como un estúpido, estoy constantemente aterrado de que mi persona deje de agradarte que inconscientemente encierro mi corazón entre barreras para tratar de no asustarte, convivo con un estado psicótico mientras pronuncio tu nombre, te dije que no me temieras, pero ante ti soy débil y no confío en mí, sé que mientras hablábamos pareciese ser que te estaba tirando los perros, cosa que más o menos fue así, no con la intención de que me rompieras el corazón, aquello ya lo tengo roto, y las cosas que se rompen nunca vuelven a existir, sino para que me enseñaras a observar una vez más cómo los gatos viven su dolor, y que del amor uno no debe arrepentirse.

Hace unas semanas fumaba en la casa de mi tía, mi mejor amiga estaba a mí lado y entre dientes le confesé que siempre estaría enamorado de ti, nuevamente sin la intención de asustarte, creo que el primer amor nunca se olvida, pues soy la vívida imagen de aquel suceso, y me siento como un tonto por ello, pero no me arrepiento, no soy cobarde, porque me enseñaste a no ser un escapista, a sufrir sin sangrar, y a llorar porque el corazón se desborda de ternura. Estábamos tan acelerados, cansados y heridos, sangrábamos a través de la reja fría que nos mantenía en cautiverio, y cuando nos dejamos empecé a creer en Dios porque ya no sabía a quién más serle devoto. Te dije que me escribieras más seguido, tú me dijiste que no esperara peras de un olmo, pero también te dije que yo buscaría entre planos fuera de este breve lugar a ese único olmo que me brindara peras, y entonces ya no te culpé si es que te asustabas.

Tampoco planeo escribirte de nuevo, no me gusta presionarte, prefiero que lo hagas porque de verdad quieres hablar conmigo otra noche más y no porque yo esté entre tus mensajes archivados, no creo en la victimización que nace de mi persona, y aunque pareciese que me estuviera victimizando, en realidad solo te quiero de verdad, y quererte de verdad me hace comprender cosas que son completamente ajenas a mí, porque si el que yo te quiera te hace mal, entonces te querré a distancia.

Alioth

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