Por qué Sueño Stereo es el mejor disco de Soda (o de Cerati)
Jul 20, 2025

Era 2014. Amor Amarillo cumplía 21 años y yo recién lo descubría. ¿Se acuerdan esa sensación de descubrir un disco por primera vez y tener la certeza de que es lo más increíble que oíste?
Estaba completamente enamorada.
Un sonido, una voz, una melodía y una guitarra… —dios, la guitarra— que jamás había escuchado pero me sonaba tan cercana. Seguro la escuché millones de veces sin detectarlo.
De a poco me fui adentrando en el mundo de Gustavo. Totalmente ignorante de la carrera musical de este hombre, que venía de tocar con otros dos grandes. Me dio curiosidad esa faceta:
¿qué onda Soda?
—Eso escuchaba mi viejo —pensaba—, debe ser súper anticuado…
Pero el viejo también escuchaba Pink Floyd y A77aque...
Canción animal, Confort y música para volar… y llegué a Sueño Stereo.
Curiosamente, el último disco de la banda en conjunto, pero posterior al inicio de la carrera de Gustavo como solista. Es decir, posterior a Amor Amarillo.
Y ahí estaban: todas mis canciones favoritas de Soda, y todos los sonidos y letras que me habían enamorado de Gustavo.
Entonces, ¿qué fue?
En este último disco de estudio se comenzaba a vislumbrar lo que sería la carrera solista de Gus. Porque si bien todavía tenía la potencia de Charly y los bajos de Zeta, la “influencia” instrumental y ambiental es toda de Cerati.
Ni hablar de las letras, que comienzan a ablandarse, a volverse más dulces, a convertirse en poesía pura.
Parece que sus compañeros empiezan a descubrir también ese nuevo mundo que trae Cerati. Comienzan a jugar con eso, a darle lugar. Tanto lugar que parece que Gustavo tomara todo… pero sin dejar de lado a su batero y a su bajista.
Lo primero mejor que le pasó a Cerati fue Soda, y lo segundo, separarse de Soda.
Abre con “Ella usó mi cabeza como un revólver”.
El sonido de apertura es el primer indicio de la experimentación de Gustavo: esos sintes, esa atmósfera onírica que rompe violentamente con la bata de Charly.
La letra: esa forma de expresar lo que puede causar el amor —daño, delirio, pérdida de control—, la sensación de que el cuerpo ya no nos pertenece.
¿Qué puedo decir de este tema? No se le puede pedir nada. Sonido y letra increíbles. En menos de cinco minutos logran un éxito, un clásico, un hit.
El segundo tema, en honor a Soda, en honor al album: “Disco Eterno”.
Acá el sonido de Soda sigue presente, pero la guitarra y los sintes comienzan a cobrar más fuerza.
La melodía que genera Gustavo ahí es simplemente increíble.
En el MTV Unplugged podemos verlo tocando este tema con la mayor tranquilidad y facilidad mientras canta:
“Practicar no te hace perfecto”.
¿Cómo lo hace? ¿Es humano?
“Un espíritu a veces seguro, otras veces incierto”.
Yo creo que no.
El cierre de este tema también se vuelve un poco espacial, con los sintetizadores acompañados de los platillos de Charly.
Sigamos.
Bueno, “Zoom” pega muy cerca de casa. Esa guitarra del principio acompañada de la bata…
No hacen falta más de dos segundos de escucha para reconocer esta canción.
Tengo un recuerdo muy muy vívido…
Estaba en la cumbre del Cerro Catedral, tomando un chocolate caliente y sonaba este tema.
Cumplió con su propósito: grabar una memoria indeleble.
“Por aquí ya estuve. Zoom. Luz, cámara y acción”.
Y no dejemos fuera al videoclip. Gus diciendo: “Es una novedad esto”.
La imagen del planetario, los jóvenes bailando, esa sensación de… ¿revolución?
El cuarto tema. Uno de mis preferidos. “Ojo de la tormenta”
Comienza con la voz y la dulzura inconfundible de Gustavo. La letra… no sabemos si se habla a sí mismo o a alguien que quiere mucho.
Mi teoría: en un día difícil, donde uno se deja consumir por la rutina, abatido por la presión, los problemas… no ve la hora de llegar a casa, calentar la cama, comer algo rico, y mirar una serie en la tele.
Después de dormir, te vas a sentir mejor.
“Ahora cierra los ojos
Mi ser
Este fue un día agitado
Ya lo sé
No hay nada, nada
A lo que debas temer”
Inaugura la cultura del self-care, complejo de Dios.
¿Qué se puede decir de “Efecto Doppler”? Es la gema escondida del disco.
Es una carta de amor, del dolor que experimenta uno cuando la persona que ama se aleja.
Mucha influencia del disco Amarillo.
Las guitarras siguen siendo dulces, y el resto de la banda acompaña.
Escuchamos, por primera vez, los violines —un recurso que de ahora en más va a estar muy presente en la música de Cerati.“Paseando por Roma” es Soda puro.
Me pasa que esta canción, sobre todo en sus primeros acordes, me recuerda a un tema de Viejas Locas: “Qué vas a hacer tan sola hoy”.
¿Influencia? ¿Inspiración?
La guitarra en este tema es de otro mundo.
¿Cómo lo hace? Bis.
Después de dejar jugar un rato con los sintes, la banda recupera su sonido inconfundible y cuenta —como anécdota— lo que es para ellos salir de gira.
“Mis amigos… he cambiado pero aún mi corazón sigue intacto. Tan intacto como ayer. Nada más para decir, hasta mañana”.
Te gusta o no, problema tuyo.
Nos acercamos lenta pero seguramente al final.
Sabemos que todavía le quedan algunos shows juntos a los muchachos, pero acá se empieza a sentir cómo Gustavo comienza a ocupar cada vez más espacio.
Es como un elefante en una habitación: no se lo puede ignorar. Este hombre está listo para seguir solo.
“Pasos” tiene una letra potente y hermosa.
Pero lo más hermoso de este tema es la guitarra y el sinte que acompaña.
El resto de la banda ya está listo para dejarlo experimentar con toda esa novedad que trae.
Estamos oficialmente ante mi canción favorita de este disco.
En “Ángel eléctrico” se ve claramente cómo la banda en conjunto aprovecha completamente todo el potencial de lo que ofrece cada uno.
La letra es increíble. ¿La repasamos completa? No tiene desperdicio. Es corta, pero letal. Otra canción de desamor.
“Ahí va la tempestad. Ya parece un paisaje habitual. Un árbol color sodio. Y la caída de un ángel eléctrico
Oh, tengo estática y no querría lastimarte de nuevo. Volví solo y cargado por la caída de otro ángel eléctrico. Enredado en cables. Estoy al filo de la resignación. Debe ser el hábito. De esperar que algo quiebre el unísono
Un nuevo acorde te hace mirarme a los ojos. Aún tengo al sol para besar tu sombra (¿Qué? Esta, la mejor línea del universo.)
Hoy caí al dejarte sola. Ya pagué por quebrar la calma”
Nada que decir…
El noveno tema del disco: “Crema de estrellas”.
Yo acá ya comienzo a ver un Gus del estilo Bocanada (mi primer disco favorito de él en versión solista).
Su voz y su guitarra, mezcladas con los sonidos de los sintetizadores, crean unas atmósferas imposibles de igualar.
Esto es Cerati puro y crudo.
La letra fluye tan suave y lentamente que es imposible ignorarla. Se te mete abajo de la piel.
¿Y los violines? Imprescindibles.
“Planta”.
Puede ser que así sea como se escucha la vida dentro de una planta.
No, estoy segura: así se debe escuchar la vida dentro de una planta.
“Mi voz vegetal
Necesito hoy tener amarrados los pies…”
Acá me corro de lectura racional.
Creo que es un tema hermoso, que no sé bien de qué está hablando.
Pero supongo que se trata de alguien frágil por la (¿falta?) de atención (¿de un otro?). Que lo riega una vez por semana, por lo tanto se queda arraigado a dónde lo dejaron…
Lo necesita.
Pero necesita volver a sus raíces…
Encontrar su voz vegetal de nuevo.
Me hace pensar en los últimos días de vida de Gustavo, y siento que tiene un gusto amargo…
“X playo” creo que es el tema que abre toda la posibilidad a esta nueva “experimentación” que estaban buscando con este disco.
De nuevo, me lleva a Bocanada, a esas atmósferas en la que te querés quedar (a vivir, por favor).
Entiendo que la idea era hacer algo más ambiental y puramente sonido, sin voces. Pero solo se quedó este tema.
Gracias.
Eso hizo que Gus se quedara con ganas de hacerlo por su parte…
Y el cierre del disco, con “Moire”.
Quizás la carta de despedida de Gustavo para la banda…
Hace una semana que vengo escuchando este disco todos los días.
En oportunidades, dos veces por día. Para estudiar, para cocinar, para trabajar, para bañarme, para sentarme y no hacer nada. Tiene lo mejor de Cerati, pero también lo mejor de Charly y de Zeta, dejándose influenciar por Gustavo.
La voz y el sonido de Gustavo generan eso: una compañía.
Es un sedante que no produce acostumbramiento: puede sonar y sonar sin cansarme, sin hartarme. Y sin perder su efecto.
Sigo sin entender cómo lo hace…
Estoy segura de que no lo hace solo conmigo.
Es la música que suelo poner en mi local.
La gente entra, quien sea, y tararea, silba o canta sus melodías.
¿Es un don?
No lo sé. Pero sé que este hombre fue un regalo enviado a la tierra para el deleite de todos.
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Meli Claps
Escribo lo que desborda. Cultivo pensamientos como quien cuida un jardín. La palabra como alivio momentáneo
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