Veo tu rostro, indignado, me trae a cuando era una pequeña niña. Cuando algo pasaba y era todo culpa mía. Me recuerda a mi papá, a las incontables veces que me hizo sentir tan chiquita e inoperante a su lado. ¿Por qué no puedo contarte lo mal que me hiciste sentir aquella tarde? ¿Hoy? Me haces sentir que no tengo valor, que no tengo voz. Igual yo soy la tonta. Y sí, siempre lo soy. Y yo dejo que me modifiques a tu semejanza, porque te amo y porque en lo profundo de mi corazón siento que no tengo razón. Pero me confunde saber que yo no cambiaría ni una cosa tuya, yo siempre te dejaría ser, ¿No podemos ser juntos?
Quizás y tan solo quizás, si me quedo un rato más algún día me entenderás.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión