Me permitiste darte todo el amor que no sabía que era capaz de dar.
Hubiese apostado mi vida y la de todas las personas que amo, por jurar que jamás tendríamos una relación de este tipo.
Dejé de comer. Dejé de estudiar. Dejé de moverme. Dejé de cuidarme.
Minimizaste mi sentir.
Silenciaste mi voz más de una vez. Alzaste la tuya, más de una vez.
Me castigaste con silencios y me castigaste con palabras.
Te alejaste cada vez que sucedía algo, incrementando tu ira hacia mí, en lugar de acercarte a intentar atravesar la situación juntos.
Te dabas cuenta de la magnitud de mi dolor, sentías un mínimo de empatía sólo cuando me tenías llorando sangre en frente tuyo.
¿Por qué no antes? ¿Por qué ponerte en mi lugar una vez hecho el daño?
¿Por qué no cuidaste mi ternura? ¿Por qué me entregué tanto a vos? ¿Por qué te ame tanto, que cedí en cada discusión?
¿Por qué dejé de lado mi sentir, mis necesidades, con tal de no perderte?
¿Por qué elijo parejas que no aman como necesito ser amada?
¿Quién es más exigente, el que pide cariño o el que pide que te conformes?
Si te gustó este post, considera invitarle un cafecito al escritor
Comprar un cafecitoRecomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión