¿Por qué deberia quedarme?

—¿Por que deberia quedarme? —preguntó Luca, con la mandibula apretada.

—Porque tus sentimientos por mí van a seguir estando ahi...—respondió Mariano, completamente seguro.

Luca le dio una seca a su cigarrillo y soltó el humo hacia abajo. No podia irse. Mariano lo miraba, habian subido a la terraza a fumar un tabaco juntos, y terminaron peleando, cosa que era cada vez mas frecuente. A Luca se le estrujaba el corazon y Mariano mantenia esa mirada inescrutable. El calor era apabullante y la humedad tambien, el cielo nublado, dejaba entrever un rayo de sol cada tanto.

—Bueno —respondió Luca, vencido — ¿y tu mujer que piensa de que aun me tengas atado?

—A ella no le importa, no somos exclusivos... —Mariano se encogió de hombros.

—¿Y cuando tu hijo nazca? ¿Vas a seguir teniendo tiempo para mi? —Luca no sabia por donde atacar.

—Mi hijo no tiene nada que ver en esto... —soltó Mariano, con molestia.

—Embarazaste a esta mujer cuando estabamos a punto de mudarnos juntos... Claro que tiene que ver... —remató —me abandonaste completamente ante la perspectiva de la familia tradicional que tanto decias rechazar.

—Eso no es cierto, siempre voy a tener tiempo para vos, Luca —Mariano se separó de la parecita y soltó el cigarrilo al suelo, pisandolo antes de ir directo hacia él,

—Dejá de mentirme, hace meses que no me das pelota a menos que yo vaya a buscarte —masculló Luca, esquivando el acercamiento del hombre.

—¿Y que? ¿No te alcanza con que te de atencion cuando vos venis a buscarme? ¿Necesitas que te busque? —Mariano se quedó quieto, a centimetros de Luca pero sin tocarlo, solo cerca.

—Quiero que todo sea como antes, Marian. Extraño cuando no estaba ella, me siento mal cada vez que duermo solo.

—¿Y Lucia? —preguntó Mariano, tanto para esquivar todo lo que le habia dicho y tanto por curiosidad.

—No se que tiene que ver con esto... —Luca lo miró a los ojos, buscando algo del amor que se tenian al principio en esa mirada—es una pendeja, no se compara.

—¿Ves? Vos tambien tenes a alguien mas, no entiendo que me estas reclamando —suspiró Mariano, cruzandose de brazos.

—No es lo mismo, no tengo nada serio con ella, no estoy teniendo un hijo con ella y encima de eso la conocí meses despues de que te mudaras con Karina —a medida que pronunciaba cada palabra, se iba enojando mas y mas.

—No te enojes, ya deberias haber superado esto de Karina.

—¿Como lo voy a superar...? ¿¡Como lo voy a superar si no me dejes irme?! ¡Y somos vecinos! No me voy a mudar solo para evitarte. —Luca estaba cada vez mas alterado.

—Vos sos el que me busca, yo te doy tu espacio siempre —Mariano miró hacia un costado, sabia que estaba mintiendo.

—Marian, cada vez que te digo que no doy mas, que no puedo con esto, me pedis por favor que no me vaya y yo no puedo mas que hacerte caso porque sos el unico amor que conozco. Mariano, te amo. Por favor, necesito que todo vuelva a ser como antes... o alternativamente que dejes de darme espacio... yo siempre voy a volver a vos, nadie me conoce como vos y no puedo olvidar eso cada vez que me siento solo. —Luca se estaba tragando las lagrimas a medida que escupia sus mas profundos dolores.

Mariano se quedó en silencio, sin saber que decirle, asi pasaron unos segundos hasta que abrió la boca.

—Yo siempre voy a estar, pero no esperes que las cosas vuelvan a ser como antes... —terminó, metiendose las manos en los bolsillos —tengo que volver a editar, nos vemos.

Luca le revoleó el cigarrillo prendido a Mariano, él se asustó y pegó un salto hacia atras, mirandolo con sorpresa.

—No se puede conversar con vos, es como hablarle a una pared, escuchas lo que queres y te quedas con lo que te conviene —dijo Luca con la voz quebrada, el dolor era palpable. — Andate, no te quiero ver mas.

—Como vos quieras, Luca.

Mariano bajó por las escaleritas que guiaban al techo desde el ultimo piso, desapareciendo de la vista del joven.