Ya sin lágrimas, la miro, intento sonreírle
La recuerdo con nostalgia, dos, cero, ¿once o doce?
Me preguntan, pero no logro recordar, más que el aroma a cigarrillo de papá,
Las revistas viejas llenas de polvo en la sala de estar.
Y esta todo quieto, exactamente en el mismo lugar.
Mientras en mi cuarto todavía sigue lloviendo sin cesar,
Me pruebo tu ropa y practico tus rituales que ya no me sirven más,
Ahora me gusta el anís y no te lo puedo decir,
Te extraño casi tanto como te temo.
Y nunca me pudiste abrazar, no como hacen las mamás.
Déjame tirar tus gestos, tu ambigüedad, tu mirada perdida.
La enfermedad y la tristeza que te hundió,
Fue lo único que nos separó.
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