Sirena
Cuando pidas piedad,
cuando tu cuerpo
cansado
pida piedad.
Cuando veas que el barco
y el navegante
se alejan,
porque están gozando
de navegar
mientras vos,
en la orilla,
estás pidiendo piedad.
Cuando tu llanto
lo confundas con las olas,
porque se acercan,
porque te resecan la boca,
porque te ahogan en sal.
Cuando pidas piedad
y no haya nadie,
entenderás por qué el mar
seduce a las solitarias
y las consume.
Octubre
Estoy
irreparablemente
cansada,
lúgubremente agotada,
consumida,
doliente de mi propio cuerpo,
de mis pensamientos,
de este ser
que me acosa
y me atormenta
en el fondo de mi alma
y en lo expuesto de mi piel.
Quisiera volver al vientre de mi madre.
Flor
No podría soltar un pétalo más,
no podría dejar marchitar otra hoja,
no podría rogar, de nuevo, ser regada.
Ya no:
no queda nada
que perder
ni pedir
ser salvado.
No podría
recuperar
lo que ya
es parte
de la tierra.
No queda
un tallo
que proteger.
No quedan
espinas
que protejan.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión