005.
Yo soy poeta de cuartucho
y tú eres brillo de vida.
Yo escribo desde sombra
y tú danzas a la luz.
Y yo te disfruto a ti,
cuando rebajas a mi lado
y acaricias mi frío.
En tu piel hallo mi sitio:
allí caben mis silencios,
allí descansa mi voz.
Porque al final, yo siempre,
simple poeta de cuartucho.
Y tú, hasta el final:
brillo de vida, mi vida.
011.
Dame lugar,
en un rincón o en la entrada.
Tú elige dónde;
solo dame lugar.
Y si me hallo,
compartamos ahí.
Si he de volver,
espérame ahí.
Si he de faltar,
recuérdame bien ahí.
Sea todo conmigo ahí.
Quiéreme solo a mí.
Ahí.
Y si alguien más llega —
si de pronto le debes lugar —
cede todo,
menos lo que ya es mío.
Déjame atrás de vez en cuando.
Cuando debas, omíteme sin culpa.
Solo: no me dejes nunca sin lugar.
018.
Abre la puerta,
mira quién es,
y regresa a contarme.
No te quedes ahí;
no te vayas.
No prestes tanta atención.
No sería fácil de ver.
Mucho menos de hablar.
019.
Llegaste a mí
y estoy dispuesto a disfrutar.
Lo que fuera ayer
se queda en su lugar.
Y lo de mañana.
Y lo que nos depara.
Hoy no es de esfuerzo
ni de constricciones,
sino un domingo
en medio de semana.
Quédate conmigo,
luego nos preocupamos.
Mañana regresamos.
Hoy querámonos;
ya mañana nos extrañamos.
022.
Apóyate en mi hombro
y cuéntame qué piensas.
Tus sueños, anhelos y temores;
tus dolores de cabeza.
No soy sabio
ni un decente pleno,
pero estoy atento.
Apóyate en mi hombro
y escucharé qué piensas.
029.
En mí hay incendio,
pero nunca fuego de amor.
Ni siquiera frío de amor
han rozado mis yemas.
Nada he tenido;
nada he tomado.
Solo este ardor
que no sabe arder:
un grito que enmudece,
que a nadie llama.
036.
Te hablo y no me entiendes.
Lo que es peor,
no te importa entender.
Un mar que no escucha,
ni por piedad ni por ternura.
Ni porque se trate de mí.
Y si tú no,
entonces quién.
¿Quién?
047.
Caminaremos a ciegas:
si el futuro lleva máscara;
nosotros, lentes de sol.
Y si el reloj se detiene.
Si el calendario duele.
Si siempre es siempre…
bajaremos la cabeza,
y bastará con hallar
nuestros pasos al compás.
Con poca magia, quizá,
pero bailaremos con los sentidos
que en ellos no bailan.
Harán como que no,
pero todos entenderán.
Todos recelarán.
061.
Reposa mi placer
en tu compañía.
Me cautiva el baile
de tus dedos en mi muñeca.
086.
Entre tantas páginas,
yo he sido escrito
muchas veces antes —
y ahora, incluso más.
En cambio, fuiste tú,
mi entrañable Johi,
escrita como pocas veces:
con tanto corazón,
con tanta mente —
menos de lo que te gusta admitir.
Has de mantenerte
muy libre en tu guion.
Construye con sentir
y dicta mi papel (¡qué dicha!).
Solo te pido: no seas severa.
Recuerda que te amo tanto.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión