¡Oh, luna mía! ante tu luz muestro mi cadente fragilidad,
dime ¿dónde mi cuerpo hallará refugio?
por las noches se cierne sobre mí la desesperación y la certeza de mi vulnerabilidad en este vasto mundo.
Prométeme, oh, musa de los cielos,
prométeme que protegerás mi alma de la incertidumbre que me rodea, que me acecha en cada rincón de mi ser.
En este silencio incierto, me sumerjo en la obscuridad,
buscando la belleza en los abismos que me persiguen.
Anhelando respuestas, que no todo carece de sentido y que la humanidad aún no se ha perdido.
Luna mía, prométeme,
prométeme que en tu eterno resplandor hallaré la tutela
de mi mente y corazón, que me protegerás en el torbellino de la duda, y de la incertidumbre que acecha en la umbra.
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