pesadilla n 2: Cerdos

en un la tarde me enocntraba en un terreno donde la atmósfera era pesada, cargada de una tensión que me hacía sentir en alerta. Cada paso resonaba en el silencio, un eco de mi propia inquietud.

A medida que avanzaba, me encontré con una imagen aterradora mientras iba caminando: Una hilera de cerdos, todos parados en cuatro patas, pero despojados de su piel. Su carne arrugada y sin vida era un recordatorio escalofriante de lo que había quedado atrás. Miradas vacías se posaban en mí, y una sensación de horror se apoderó de mi ser. ¿Qué había ocurrido para llevar a esos seres a tal destino?

La escena era grotesca y surrealista, y una mezcla de compasión y miedo me envolvía.

Sentía que esos cerdos, en su vulnerabilidad, representaban algo más profundo, una lucha interna entre el sacrificio y la supervivencia. Con cada paso, el sendero se volvía más oscuro y el aire más denso. La imagen de los cerdos se grababa en mi mente, simbolizando el sufrimiento que a menudo tratamos de ignorar.

Al despertar quede con la imagen grabada en miente: cerdos desollados.