pesadez

Solo, así me siento la mayor parte del tiempo, rodeado de un silencio que grita en mi interior. Mi casa, que debería ser un refugio, se ha convertido en un campo de batalla donde las palabras son armas que me hieren sin cesar.

Duele, estoy tan cansado de sentirme como un objetivo constante, de ser el blanco de insultos y gritos que me dejan sin aliento. Mi corazón sangra, quema con cada palabra que escucho, son heridas que me rasgan el alma y me dejan sin esperanza. Quisiera huir, quisiera dejar de pensar, escapar de esta realidad que me ahoga. En ocasiones, desearía tanto apagar mi cerebro y con ello todos los pensamientos que me agobian, que me pesan como una losa en el pecho.

Quisiera dejar de escuchar las palabras de mamá, desearía que no dolería tanto. ¿Realmente soy el problema yo? ¿Soy yo quien causa todo este dolor? ¿Papá, mamá, qué sería lo mejor? Estoy agotado, solo deseo arroparme entre mis sábanas y dormir por un largo tiempo, quizá en un futuro cuando despierte (si fuera así) todo estaría mejor y mi corazón dejaría de doler tanto.

Pero el sueño es un lujo que no puedo permitirme, porque en mi mente, las palabras dichas esta noche siguen presentes. Y yo sigo aquí, solo, esperando a que el dolor se vaya, esperando a que alguien me escuche, me entienda. Pero ¿y si nadie lo hace? ¿Y si estoy condenado a sentirme así para siempre?