mobile isologo
    buscar...

    Perro

    Jula

    Jun 21, 2024

    0
    Perro
    Empieza a escribir gratis en quaderno

    La llave gira una vez, dos veces. La llave gira y entro y no hay nada y no hay nadie y se muere la ilusión de verte sentado en el sillón o parado en la cocina o fumando en la ventana. La llave gira una vez, dos veces. No hay nada, no hay nadie. 


    Mi perro Dog tenía el pelo largo, muy largo. Era un cocker que parecía más bien un labrador que se quedó chiquito. Cuando me fui a vivir con mi papá, yo ya era grande y él tenía una vida que no implicaba, por ejemplo, cenar en casa sino en lo de su pareja, así que yo pasaba gran parte del día sola. Durante esos años, Dog y yo nos quisimos y nos conocimos y nos peleamos como perro y dueña. El salía a pasear solo y volvía con comida que se robaba de alguna esquina, cositas del conurbano. Rascaba la puerta de la calle hasta que alguien se dignaba a abrirle y ensuciaba el piso con las patas sucias. Sin embargo, el pelo siempre limpio. 

    Dormí meses en un sillón-cama incómodo de cuero rojo que había sido de mi abuelo. Dog dormía conmigo, hasta que me cansé y decidí arreglar un cuarto viejo, tener de nuevo un cuarto propio. Mi papá me compró el cemento, el enduido, las lijas, la pintura. Yo, desempleada, dediqué mis tardes a aprender a revocar paredes y arreglar enchufes. El cuarto casi terminado cerraba con broche de oro mientras me encontraba pintando con sintético blanco la ventana que daba a la calle. La pintura apoyada en una escalerita, yo con pincel en mano, y Dog, albañil supervisor del cuarto nuevo y propio, Dog entre las bolsas de consorcio y la mugre del piso, Dog inquieto, empujó sin querer la escalera. Dog, entonces, bañado en sintético blanco, que para quien no sabe, no sale con agua sino con aguarrás. Dog sucio lleno de pintura, asustado, yo sucia llena de pintura, llorando, abrazando a mi perro, abrazando a Dog, que iba dejando un rastro de patitas. Dog con su pelo siempre limpio ahora sucio.

    De más está decir que cuando llegó mi papá el perro y yo llorábamos desconsolados.

    De más está decir que a Dog hubo que pelarlo y que durante muchos meses le quedó algún pelito con pintura que me hacía reír cuando lo encontraba. 

    De más está decir que el piso quedó por siempre manchado de blanco, hasta el día que me fui, hace ya varios años.


    No sé por qué me acordé de esto. Quizás sea que hoy me sentí sola, muy sola. Y pensé en lo sola que me sentía por ese entonces, pero que en realidad estaba Dog, y pensé en lo sola que me siento ahora, pero que no está Dog. Y sin ánimos de compararte con mi perro ni mucho menos, vos tampoco estás. La verdad que los no-ánimos de compararte no tienen que ver con vos sino con que mi perro jamás me hubiera lastimado y vos si lo hiciste así que en realidad es más bien por él que no te comparo eh. 


    Pero bueno, aclaración hecha, te extraño y la llave gira en la puerta pero vos no estás, y hoy me hubiera sentido sola si te hubiera tenido, pero no, y así. Así pasan los días y a veces no le digo a nadie que siento que por dentro estoy hecha un charco de barro y mugre y angustia pastosa. Me mantengo en silencio y dejo de escuchar las bandas que escuchábamos juntos y se me cortan las palabras cuando quiero decir algo de lo que hubieras reído. Tu recuerdo es sintético y no sale con agua sino con aguarrás y me quemo en el intento de no encontrarte en la alacena o en el lavadero o entre las sartenes que guardo adentro del horno. Probablemente sea así por mucho tiempo.


    Jula

    Comentarios

    No hay comentarios todavía, sé el primero!

    Debes iniciar sesión para comentar

    Iniciar sesión