Permítenos hoy.
Jun 28, 2025
...
Se vende.
A lo largo de las tres o cuatro o cinco fronteras que limitan la cosa España, nuestra derecha patria (PSOE y hacia ese lado), colgaría sin dudar millones de carteles con un teléfono de contacto.
Puestos a privatizar a trozos, es mejor todo de una vez.
Inciso: Los gobernantes privatizadores lo primero que muestran es su inutilidad o falta de interés como gestores, pues si optan por la gestión privada es porque ellos no quieren o no saben hacerlo.
Seguimos: Vender el país entero, al menos, nos haría saber a qué atenernos. Ser chinos no es lo mismo que ser estadounidenses. ¿Los estadounidenses emigran?
Yo preferiría que nos comprara Finlandia. Un país serio, sin ínfulas, fresco, aireado, y muy bonito. Y para esa gente sería una alegría poder ganar una Eurocopa.
Tampoco estaría mal que se hiciera con esta tierra un paraíso fiscal. Ser Edén, seguro que tiene mucho de bueno.
Y por fin un himno con letra.
Chico, yo no le veo más que ventajas.
Por cierto que he consultado y la única letra de himno nacional sin referencias bélicas es la versión maorí del himno de Nueva Zelanda.
Traducida al castellano viene a ser:
"Oh Señor Dios,
De todas las gentes somos nosotros,
Escúchanos con atención;
Derrama tu amor sobre nosotros.
Que el bien florezca;
Que tu paz se derrame sobre nosotros;
Cuídanos con tu favor,
Aotearoa (Tierra de la larga nube blanca)".
He de apuntar que hay otra letra sin menciones bélicas aunque sí dice de sangre derramada:
"Oh Roma feliz, oh Roma noble,
Eres la sede de Pedro, que en Roma
Derramó su sangre, sucesor de Cristo,
Pastor de las ovejas, Pastor de las ovejas.
Tú conservas el primado en la fe,
Tú ofreces al mundo una ciudad de libertad,
Tú llevas la cruz de Cristo y la llave del Reino,
Tú eres del amor, tú eres del amor".
El Vaticano, por cierto, tiene dinero de sobra para optar a hacerse con España, y, siendo como somos reserva espiritual de occidente, quizás no tuvieran más remedio que entrar en la puja, pero no sé si tanta sotana por ahí, pululando, nos conviene.
Y, menos mal que Argentina no tiene posibles. No debe ser tranquilizador vivir sin saber si adorar a Yavhé, a Maradona o a Messi...
¡Ay, Señor!
Pero ¿Qué es eso de subastar la patria? Una cosa es vender la eléctricas, las casas, la Sanidad, la Educación, incluso vender a la masa obrera, pero España debe seguir siendo España, con su unidad de destino en lo universal y su bandera y su cabra.
¡España para los españoles!
(Así se grita desde los atriles patrióticos y las ebriedades de taberna, mientras se vende a trozos a grandes corporaciones extranjeras).
A veces uno escucha los gritos de ese nacionalismo histérico, y puede parecer voz sensata y lógica, pero lo que esconde no es bondad hacia todo español, sino desprecio hacia quienes no lo son (al menos y sin duda, hacia los extranjeros que vienen a España si no son ricos).
Ahora imaginemos este aspaviento:
''''La Tierra para los terrestres''''.
Solo se daría tal expresión ante una invasión alienígena.
La Tierra, ahora mismo, es para unos cuantos.
Viendo lo que posee una minoría en comparación con lo que tiene la inmensa mayoría, la Tierra es una finca privada de unos pocos en la que viven esclavizados todos los demás (vivimos). Unos en peores condiciones que otros.
¿Por qué la Tierra pertenece a cuatro y no a todos?
¿Como se ha llegado a este reparto tan desigual?
¿Como es posible que sea aceptada esta situación por tanta gente perjudicada?
¿No hay otro modo?
Los dueños saben de sobra que no tienen más derecho que los demás, que no son los más listos, que no son los que más trabajan, que ningún dios los ha bendecido con ninguna especial Gracia. Lo saben pero se lo callan.
Los privilegiados pueden engañar al mundo (tienen todos los medios) para que su vida sea legalmente aceptable, pero también han de engañarse a sí mismos para poder dormir, para aceptarse moral y éticamente, pues saben lo que este modo de existencia egoísta e irracional conlleva para millones de personas y otros seres vivos.
Los privilegiados cuentan con ejércitos de soldados a su servicio. Soldados con armas de fuego, con armas de publicidad, con armas de leyes, con armas de cárceles, con armas de televisión, con armas de Gobiernos. Y, sí, con el arma del miedo.
Cada telediario es una película de terror que asusta a un gran número de personas con peligros que los mismos dueños promueven e inventan.
Nuestros miedos son para evitar los suyos.
Mientras vivamos acobardados, viendo cómo enemigos a nuestros hermanos, no levantaremos la mirada hacia sus alturas.
Los culpables están allá arriba.
La Tierra, para los terrícolas. Pero para TODOS.
Deprecación:
Madre nuestra que eres la Tierra
Amada seas
Respetado sea tu suelo
Tu viento,
Tu agua y tu cielo.
Permítenos hoy
Alimentarnos como cada día,
Enséñanos a respetarte
Pues en nuestra ignorancia
No dejamos de ofenderte
Déjanos caer en la tentación de amarte
Y líbranos de maltratarte.
Amenos y Amen.
Dolbach.
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