Performance

Creci desarrollando y trabajando mi personalidad tratando de abrazar siempre el empoderamiento. Fue el arma que tenia disponible ante tantas heridas que fueron cicatrizando en mi piel.

Al tratar de hacer del poder mi imagen no sabia que estaba tambien cavando mi propio pozo. Uno quiere huir de su oscuridad sin saber que siempre va hacia ella.

Siempre me quise mostrar poderosa, confiada, filosa, sexual, siempre de alguna manera tratando de conseguir lo que quiera pretendiendo que no me importaba. Aunque la ira que tengo adentro es demasiado potente y siempre cuando quiere, totalmente fuera de mi control, sale.

En mis adentros, la realidad es mucho mas compleja que todas mis descripciones. Soy una niña criada en la sombra del masculino, menospreciada en imagen y semejanzas con mis pares. Una adolescente que aprendio a disfrazar la belleza e igualarla con valor, que aprendio a igualar el control con seguridad. No solo trataba de ser poderosa, trataba de sobrevivir en un mundo que me enseño que mi valor era condicional.

Mi identidad siempre la moldee de acuerdo a la imagen, a la plenitud de la juventud y al empoderamiento femenino segun la buena vista del Otro, maquillada con desinteres. Me aferre (y me aferro) a usar mi apariencia y confianza como herramienta para mi control social y mis dinamicas en el amor y en mis amistades.

Pero esta performance no es precisamente empoderante. Es sobrecompensatoria, es una armadura. Puedo maquillarme y elegir mi disfraz todos los dias, y un dia puedo estar totalmente desnuda, fingiendo que amo lo que soy, porque hacer performance todos los dias es agotador. Pero no, no me tengo permitdo ser debil, no me permito la incertidumbre, no me permito no gustar, tengo que seguir, tengo que sobrevivir.

Soy conciente de esto. Se a que estoy jugando, aunque me pierda en el juego, aunque conozca el riesgo. Mi confianza no esta en sostener el valor o el amor propio, esta en sostener la narrativa.

Pero en estos ultimos tiempos una version de mi empezo a emerger. Una version totalmente agnostica, esceptica, horrenda, oscura, destrozada, traicionada, desmoronada e insegura.

El HOMBRE siempre ha sido toxico y abusivo en mi vida, pero reflejaba lo que yo defino intimidad. Quiero sentir atraccion por lo dulce y lo facil, pero si no es intenso, si no es dramatico, si no es apasionado, si no me lastima, si no me desfigura, no lo tomo como amor real, o como prueba de amor.

No voy a decir el amor, voy a decir mi amor por el Otro, termina siendo una constante de manipulacion, de celos, de castigo emocional, de reconciliacion, pero JAMAS DE ABANDONO. ningun tipo de abandono. ninguna forma de abandono. Y se lo destructivo que es, pero soy adicta a ser necesitada, a ser buscada, a ser querida, a ser deseada, a ser elegida.

Ser elegida por el Otro, no solo me es romantico, define mi identidad, me demuestra que mi metodo funciona y por supuesto que soy deseable.

Cuando el desamor me rompio, llego la claridad, pero la rechace. me ahogue en mis palabras, en mis creencias, en el olvido. Aferrandome a las expectativas que me las cree yo misma. Expectativas totalmente falsas, idealistas, irreales. Y eso no solo me vuelve toxica, me vuelve tragica y peligrosa para mi misma.

Cuando la traicion me rompio, el espejo roto me mostro todas mis inseguridades. Y no fue el hombre quien me las mostro. Fue Ella. Porque ella es igual a mi, solo que mas sabia. Ella mantenia la compostura, yo lo intentaba (y nunca pude). Ella estuvo protegida, yo expuesta. La traicion no solo fue el, fue la erosion de mi verdadera identidad. Crei que tenia el control, crei que tenia el poder, crei que yo era la excepcion a mi propio mandato: nadie es indispensable. Cuando fui puesta a un lado, y descartada, descubri que mi persona no era tan intocable como pense.

Hervi, me retire, pero ya no quiero explotar, ya no quiero pisar su torax. Solo esperar. Que, exactamente? No se. Es la primera vez que estoy sentada en el pasillo esperando algo que ni se que es. Solo observar, rendida, como sigue el show. Ya no quiero hacer ruido.

Fui dominante y fui vulnerable, no soy tan dimensional, ya no soy un arquetipo, incluso aunque me vista y haga una performance de reina. Soy esa niña, adolescente y adulta que aprendio y sigue aprendiendo, desde lo roto, desde lo que ya fue mal parido.

Quiero tener el control, quiero mantenerlo. Pero mi vida me presenta miles de situaciones que no tienen control. Puedo estar en una relacion una decada aunque me este corrompiendo por dentro, puedo sostener la familia aunque sea insostenible, puedo cargarme todo lo que a vos te pesa, puedo caer mil veces en la autodestruccion, puedo romperme y lastimarme hasta mis ultimos dias, puedo pretender que no veo las banderas rojas, puede mi cuerpo ser profanado a tu gusto y consideracion, porque lo siento mas seguro que la realidad. Pero cuando el espejo se rompe, cuando me veo en mi crudeza y crueldad, soy tan silencionsa, tan reflexiva. Tan humana.

Esto es solo un monton de palabras. Donde yo me hablo a mi misma, donde relato como mi propio drama me confronta conmigo misma y limita mis apariencias. Donde veo que mi poder no es sobre ganar, es sobre lo que soy cuando nadie me ve. Una mujer cansada del ciclo que aun no sabe como romper. Una mujer que observa, que se detiene, que ve, analiza, manipula su propio caos y quiere crear un nuevo comienzo.

No soy mala. No soy victima. Soy producto de un mundo, de una sociedad, de una familia, de una serie de decisiones. No soy solo las estrategias que adopte, ni los personajes que me disfrazo para la performance. Soy yo, aunque no sepa muy bien aun, lo que eso significa.

No soy una mejor persona, soy lo que construi para estar a salvo. Soy lo que hago con las piezas que me dejaron. Soy una desconocida pero que me resulta familiar, y honesta.

No estoy sanada aun. Pero eso es lo que impulsa, porque estoy buscando algo, y eso trae infinitas posibilidades.

Vale.