Me vine a encontrar con ella,
a abrir la puerta como abro los brazos,
como abro los ojos.
A separarme del resto,
como separo los labios cuando abro la boca,
y me proclamo mía. Independiente.
Vine a encontrarme con ella
para poder encontrarme conmigo,
a través de las separaciones.
Como un único camino de tierra
entre los campos de cemento,
con una única intención:
transparente, propia,
entre todas las ulteriores y ajenas.
Voy a plantar mis manos en esta casa mustia,
como semillas,
y observar qué nace de mí
en la suma de las partes.
Ella tiene millones de años,
miles de vidas,
y algunas muertes.
Yo, apenas un brote asomando en su piel de siglos.
Pero nos conocemos
como se conocen las moléculas primarias.
No nos esperamos.
Ella no me extraña.
Pero yo, sin ella, soy un autómata:
perdida entre las ruinas de un mundo
que me quiere hacer creer que es mío
y que yo le pertenezco.
Pero estoy sola,
sin mí,
hasta que me encuentro con ella:
el único espejo real
de mi propia presencia.
Si te gustó este post, considera invitarle un cafecito al escritor
Comprar un cafecitoRecomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión