Siempre he tenido miedo de perder.
Por naturaleza, he tratado de ser fuerte, impenetrable; como si las sombras no me persiguieran, como si el peso en mi espalda fuera como una pluma.
Pero en algún momento debía salir mi vulnerabilidad interior a la luz.
Nunca había experimentado nada como el sentimiento de perder(te). No sabía que pudiera sentirme, aunque fuera por un instante, culpable de perder una parte de mí.
¿Y sabes qué es aún peor?
Sentir que no puedes hacer nada para evitarlo,
saber que tienes tu propio corazón
de vuelta en tus manos,
observar como lentamente ese amor
se resbala entre tus dedos
y va cayendo al suelo
mientras el culpable de tanto daño
se aleja a paso rápido.
Eres el culpable del verso rebelde
que se cuela entre tanta prosa.
Eres el causante de mis lágrimas,
el puñal filoso que delimita mi cuello,
el querer frío
que un día creí ver convertido
en amor verdadero.
Pero aún sigo temiendo a perderte,
aunque me sienta perdida y vacía
y haya guardado mi sonrisa
para cuando escuche tu nombre.

Blanca Bermúdez
Escribo para sacar del alma lo que no se puede decir en voz alta. No soy perfecta, pero cada poema es una parte real de mí. Gracias por leerme. Quédate. Comenta.
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