Y yo, ¿qué voy a pensar?
Me dejé llevar y entregué todo lo que había en mí.
Ya no puedo pensar.
Mi mente fue ocupada por pensamientos no expresados,
por situaciones inventadas,
por tu sonrisa que encandila…
¿Yo pensar? Nunca más pude pensar.
Cuando te conocí, mi mente se voló tanto
que no hubo forma de analizar absolutamente nada.
Ya no puedo pensar.
Te metiste en cada célula de mi cuerpo,
tan invasivo que no siento que sea real…
Gracias por ello.
Dejé de pensar, de sobrepensar.
Ocupas tantos lugares en mi mente
que es más fácil llevar adelante este cuerpo.
Gracias por aparecer.
Dejé de pensar.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión