Passenger.

Son las dos de la madrugada, me encuentro en el asiento del copiloto en un auto que va hacia algún lugar, el cual parece desconocido, pero esta vez no tengo miedo. Dejo caer mi cuerpo, recargándome en el respaldo y un suspiro es esbozado por mi boca, tengo la mente vacía por primera vez en mucho tiempo. El aire helado que entra por una pequeña abertura en mi ventana, otorga una atmósfera más aclimatada para la noche, haciéndome devolver al presente. Y entonces miro a mi izquierda, y estás ahí, detrás del volante, llevándome a donde quieres. Yo estoy dispuesto a ser guiado por ti, esta vez es diferente, porque dejé de tener miedo. Quiero permanecer en este vehículo y que nos lleves a donde desees, soy tu simple pasajero. Miro por el espejo lateral, ¿habrá alguien detrás de nosotros? Qué importa. En este punto, no me interesa quién pueda vernos. Entonces, estiro mi mano hasta tu pierna, acariciando la frescura de tu piel desnuda, pues el vestido es corto para la ocasión. Repito, no sé a dónde vamos, pero no es importante saberlo. Estoy seguro aquí, si estoy contigo, y sé que a donde sea que vayamos, estaré bien si es a tu lado. Vuelvo a mirar por el retrovisor, ¿habrá alguien viéndonos? Qué importa. Me parece atractivo tener un público, ¿qué les parecerá más interesante de todo esto? Mi corazón se encuentra acelerado, lo siento golpeando contra la pared interior de mi pecho, mis costillas se expanden con cada respiración. Siento que te consumo al inspirar, tu olor está en el aire y en pocos segundos pasas a ser parte de mi sangre, parte de mí. Aunque, al final, es todo tuyo, pues te lo he dado desde el primer momento, mi confianza está puesta en ti. Llévame a donde quieras. Los cojines de los asientos están para acolchar tus rodillas, así el viaje es más cómodo para los dos. ¿Me llevarás al fin del mundo? Esto apenas comienza. Apesar de la paz de mi mente, estás presente en todo momento, y no puedo parar de soñarte, apareces con esa mirada despreocupada y entonces sé que estaremos bien... ¿Estaremos bien? Ni siquiera sé si es necesario estarlo, quizás estar mal a tu lado sea suficiente. Te quiero a ti, te quiero conmigo. La velocidad me hace sentir como si viajara por el espacio, veo el cielo estrellado y esa hermosa luna llena: nuestra luna llena. Aún recuerdo aquella primera noche, era distinto, la atmósfera, nosotros. Creo haber cambiado, para bien. Tú me transformas. Me dejo llevar, tú conduces y yo soy tu pasajero, podemos ir a donde desees. Pídeme lo que quieras. Acelera, o vayamos más lento, eso no me preocupa, tenemos toda esta carretera para nosotros solos, lleva a tu ritmo. Soy tuyo, amor mío. Tan tuyo que mi nombre va desapareciendo con el tiempo. Cualquier dicho pronunciado por tu boca será suficiente para que yo responda a tu llamado.