Pasodoble.

...

Embolada piel de toro.

La derecha siempre trata de contentar a lo más retrógrado de la sociedad. Y, cada día, lo retrógrado, con los modos de la derecha, con su poder, con su complicidad, va ganando adeptos.

Aparecen en sede parlamentaria las soflamas defendiendo lo bueno de la dictadura. Se enseñorean en las tertulias los fachas contradiciendo a la ciencia con ideas terra planistas, creacionistas, negacionistas del cambio climático. ¡Vacunas no!

Riegan con lluvia de dinero y medidas favorables ese despreciable mundo del maltrato animal (fiesta nacional), justificados en un trampantojo orgullo de cultura y tradición, patriotismo y sentimiento de valentía y honor.

Y la guerra judicial, torticera, delictiva, anti constitucional.

Y mucha parte de la Prensa subvencionada de varios modos, comprada, al servicio de la causa final.

Y todo encaminado a lo mismo: Recuperar el poco Poder que les falta (tienen Iglesia, Ejército, Justicia, Prensa, autonomías, Capital), para salvaguardar el privilegio que siempre es su mayor patrimonio.

Pero no se engañen con esto de las derechas: Tanto PSOE como PP, son de la misma masa madre; llevan la incongruencia incrustada en su comportamiento. Así, han de practicar una especie de encaje de bolillos dialéctico para intentar justificar lo injustificable.

Ambos partidos son enemigos íntimos complementarios. Se necesitan para acusarse entre sí y enfangar el ambiente político, de forma que la política sea para mucha gente una simple confrontación de dos partidos opuestos (falsa dicotomía pues ambos son siervos del Capitalismo, del ominpotebre dinero), que se desprecian desde las tribunas pero se necesitan como las abejas necesitan a las flores y las flores necesitan a las abejas.

Lo que posibilita que esto les funcione es tan solo la conformidad sumisa, la incultura auto impuesta, la falta de criterio razonado, de una gran mayoría del Pueblo.

Y el Pueblo, bajo las siglas con fondo verde, azul o rojo, como dijo aquella diputada Fabra:

"¡Qué se joda!"