Parálisis de sueño

Nunca había sufrido parálisis de sueño hasta una casa que habité en la adolescencia. De chico fui de mudarme seguido. Siempre dentro del barrio, pero más o menos cada tres o cuatro años había una mudanza.

Esta casa fue distinta. Desde el momento que entré sentí algo raro. No le pude poner palabras, pero sabía que me iba a costar adaptarme. Esa noche, sin saber qué era lo que pasaba, tuve mi primer parálisis de sueño.

Cuando me acosté me dolía la espalda (seguramente algún mal esfuerzo de la mudanza), asique me costó un rato encontrar la forma de acomodarme en la cama. Al rato vi de reojo que alguien entraba a la habitación. Le quise preguntar a mi viejo para qué me venía a despertar: no salió una palabra. Entonces, me quise dar vuelta para mirarlo y que se de cuenta que estaba despierto: no se movió un músculo. Sentí un pinchazo, me estaban clavando algo en el medio de la espalda, justo en el lugar que me dolía.

Me desperté petrificado. ¿Me sacó el dolor de espalda una sombra o fue el haber descansado?. Al otro día me puse a investigar sobre lo que me había pasado, y con el tiempo (mucha práctica y error ya que en esa casa las parálisis fueron recurrentes) aprendí a tomar el control de la situación.

Abro los ojos. Trato de moverme y no puedo: tengo una parálisis. Me preparo para lo que va a entrar por la puerta. Le voy a dar la forma que yo quiera (si les pasa, por experiencia les digo, no le den forma de payaso: no es gracioso). Me le voy a cagar de risa. Y si sale mal, voy a mover los dedos de los pies como loco, que eso me despierta.

A veces entendía que había tenido un día largo. Otras veces no puedo hacer la conexión de los sucesos. Una noche, por ejemplo, no pude dormir de la cantidad de parálisis que tuve. Se repetían tanto que ya no entendía en qué momento estaba despierto y en cuál estaba soñando. Alguien me agarró del tobillo derecho y tiró con fuerza. Prendí la luz, la compu, y decidí que por esa noche no dormía más. Al rato escuché un grito desgarrador afuera de casa. Un vecino volvió a su casa y encontró a su primo ahorcado. ¿Esa noche fue mi subconciente lo que me mandó tantas parálisis? ¿Quién me tiró del pie?

Este domingo fue distinto.

Salí de la casa de mis viejos y miré para la derecha. Hasta ahora, la planta esa que tiene flores rojas como si fuera un plumero nunca me había llamado la atención. Fui directo y me metí abajo. En ese momento se empezó a cerrar sobre mi. De cada flor salía una frase, una más hiriente que la otra. Cosas del pasado, cosas del presente, cosas que no aplican a mí, cosas que sí. Me aturdieron tanto que me tiré al piso, cerré los ojos y me hice una bolita. Ahí sentí la sensación de la almohada en mi cara. Pero ya era tarde, estaba tan cagado que no me salió ninguna de las técnicas para despertarme. Me gritaba de todo en el oído, entendía que era una parálisis pero estaba totalmente congelado.

Lo que más miedo me dió es que perdí el control por primera vez en años.