La palabra sufre. Es un manantial de sonido, fluye en el tiempo y en el espacio. Ida y vuelta, desde quien habla hasta quien escucha.
La sombra siempre es más rápida; un espejo sin rostro.
Yo, cómo sujeto y como pronombre, somos dos que escuchan y hablan.
Conversaciones con los difuntos, el diálogo cara a cara con actos interpretativos, ruidos y vacíos. El diálogo interno; el diálogo de sordos. Un visual que propone operaciones, relaciones, fragmentos y desigualdad, que entran como expresión conceptualista, concreta, tangential, material y gestural.
La poesía concreta comienza.
El anónimo de lo diferente y el caos de lo igual. Ambos son la línea fronteriza entre la diferencia y la similitud de que el mundo sea comprensible para poseer el concepto de diferencia y como el hombre se convierte en inhumano.
Esta mismidad gira eternamente en la propia indiferencia.
Existen fracturas, intervalos y momentos de crisis de la propia esencia del mundo. Un mundo que se ha roto entre el hombre y la estrella.
La estética del como sí; el hombre como la clasificación entre el hombre y el hombre que inútilmente busca con nostalgia la pérdida del loco y el poeta.
En perspectiva, el poeta y el cazador tienen similitudes perdidas. Persiguen su sueño del significado trascendental en un mundo cultural dominado por el psique. El hechizo que el lenguaje opera sobre nosotros, los inhumanos.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.


Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión