destajado
viendo mí vida
deshacer los nudos
del destino
enredados
entre recuerdos
reminiscencias
de un pasado tibio
en las frías huestes
del dolor
no espero nada
y así sigo esperando
desarmado en las mañanas
desesperado en madrugada
no son las horas
es la distancia
que me paraliza
en una espera perpetua
cuando ya no miro la luna
me despreció y termino
lo que empezaron
decaigo marchito
de un duelo
que no tiene principio ni final
y que los días como hoy
cuando el dos se encuentra con su par
desencuentro
a mí luna y sus estrellas
y ya no sé
no sé cuando fue la última vez
que te ví
a vos
a las pleyades
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