“Óleo sin plumas”

Donde todo es inherente,
el corazón muestra respuestas claras.
Donde todo es orden,
la mente desorganiza,
llevando al propio caos
a facultades propias de la incoherencia.

Desde el desdén del otro nací,
pero la otredad me llama
y sepulta al mismo tiempo.
Es que es difícil encontrar lugares que uno no conoce.
Tengo la suerte de sentirlos,
y de saber, a veces, que el paraje es sincero.

Pero qué difícil es el estar,
como pájaro sin sus alas,
esperar mientras uno admira
el revoloteo de esas palomas.
Minuciosa mi observación:
ellas viajan en círculos
y descansan.

Un mausoleo letal y vicioso,
como un cigarro luego de una pintura sin óleo.
Esperando si aprender a perder,
o si mis alas se formarán con paciencia.

Solo sé que paloma no quiero ser.
Solo sé que no quiero ser sepulcro.
Quiero ser óleo,
pintado por mis alas invisibles
para ojos condensados,
ojos los cuales se embelesan
ante alas desnudas.