No puedo dejar de pensar en el ataque lesbofóbico que se vivió en Argentina recientemente. No puedo quedarme callada, no puedo esconder mi angustia.
Prendieron fuego a cuatro mujeres por amar, por amar... ¡POR AMAR! Ayer, 12 de mayo de 2024, confirmaron la muerte de la tercera víctima del ataque de odio, Andrea. ¿Se entiende esto? ¿Se entiende que un hombre de 67 años les daba asco ver a estar mujeres vivir y decidió crear una bomba casera que destruya sus vidas? Porque yo no lo entiendo. Tampoco entiendo que en cada marcha todavía haya personas que siguen diciendo: "¿qué siguen reclamando? si ya pueden salir a las calles, se pueden casar, pueden adoptar". ¿Ya podemos salir a las calles? ¿De verdad o es una trampa? ¿Me asegurás que no hay alguien detrás de una pared esperando a atacar? No, disculpame. No me siento segura de salir con mi novia y querer acariciarle la cara, o mirarla con amor, porque mirá si mientras estamos en una plaza alguien nos divisa de lejos y se le ocurre una idea. El homicidio empieza por una idea.
Ayer, justamente con mi novia, vimos una película protagonizada por Chloë Moretz, The Miseducation of Cameron Post. Es sobre una adolescente que la internan en un lugar religioso, cristiano, como para entrar en una especie de terapia en donde pueda arrepentirse del pecado de amar a una mujer. La directora hacía sentir a cada adolescente avergonzadx de su existencia, de sus elecciones, de su esencia, tenían que arrepentirse de amar. Arrepentirse de amar... ¿podría haber algo más absurdo? ¡PERDONAME POR AMAR! ¡POR SENTIR AMOR! Qué ridiculez. Qué angustia.
No puedo creer que estoy escribiendo esto. También me imagino todas las veces que ni siquiera nos enteramos de episodios horribles como estos y simplemente es un acto que se quedó con el homicida. Cuerpos que no fueron reclamados. Cuerpos que fueron olvidados.
Tenemos mucho por lo que seguir peleando en esta vida, porque parece que amar siempre será un pecado aberrante para ciertas personas, porque todavía hay gente que pide explicaciones del por qué, del cómo, del cuándo, y piden arrepentimiento de rodillas mirando cielo, a lo altísimo y divino que, según sus palabras, nos castigaría por semejante sentimiento hacia un amor equivocado y la elección de una vida indigna.
Quiero tomarme un momento de reflexión y mandarles mucho amor a las personas allegadas de estas mujeres.
No hay perdón en esta selva.
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francina
Si paso por acá es para declarar mis eternas bitácoras: de mi mente, mi rutina, mi vida. Dejar un… ¿Registro? Veremos qué sale.
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