Nunca será suficiente

Es verdad, no hay tanto tiempo. El otro día desperté y era primero de mayo y no creía lógico que hubiesen pasado cuatro meses desde que en fin de año comenzara a transformar. Es verdad, va a una velocidad inusitada, sin frenos, discurre, es agua, es luz inundando una habitación por ángulos distintos. Es frío, es calor, es invierno, soledad, compañía, primavera.

Estos días estoy viendo, observando, absorbiendo algunas charlas sobre el tiempo, la finitud, la nula posesión del mismo, la absoluta posesión del mismo. Escribió Caballero Bonald que “somos el tiempo que nos queda”, escribió Heidegger que “nosotros somos el tiempo mismo”, escribió Simone Weil que “no poseemos el tiempo, que el tiempo nos atraviesa”.

Yo anoto, anoto mucho, anoto casi todo.

Anoto en mis notas, que sigo teniendo y reteniendo como si así pudiese petrificar los momentos y como si petrificando los momentos los mantuviese vivos, como si así viviesen más, como si así evitase su desaparición.

Anoto en mis notas la fecha...

Anoto en mis notas la fecha, treinta y uno del cinco de dos mil veinticinco. Hace unos días fui al bosque y en el silencio me pasaron las horas rapidísimo y curiosamente fue como si el mismo tiempo que siempre se escapa también pudiese pararse.

Es verdad, no hay tanto tiempo. No llego a leer todo los libros que quiero, no vuelvo todas las veces que quiero a ese lugar al que quiero volver siempre, no alcanzo a dar todos los besos que tengo, ver todas las películas, llorar por todos los soles naranjas cayendo en el cielo, caminar todos los caminos, aprender todo lo que quiero, nadar todos los rios, juntar todas las flores, beber todos los vinos.

Nunca será suficiente.

Sólo quiero intentarlo. Intentar leer, volver, besar, llorar, caminar, aprender, beber, nadar, ver. Arañar cada minuto, agarrarlo fuerte, perderlo con conciencia, dejándolo ir por un sueño plácido o en un abrazo en la calle o en la cama o en un bar. Que se me escurra haciendo lo que deseo, que lo escriba para mantenerlo vivo.

Nunca será suficiente, pero será.

Y lo que ha sido no puede, en adelante, dejar de haber sido.