Siete veces he sido ungido
Y a veces siento un temblor amargo, casi enfermo
He sido consagrado por un Dios invisible que me devuelve a esta realidad como una foto de un tiempo pasado
Y yo soy ese que está allí afuera, en la interperie
Uno que me mueve de norte a sur
dejando atrás, en el basurero,todas las antípodas, las ascuas de una lumbre que no cuajó
Ya no hay autoboicot
Ya no atento contra mi mismo
Ya no me lanzo hacia cualquier abismo,
ni tan dulce ni tan laxo
La fragelacion dorada por la racionalidad quedó muy atrás
Cuando sea incapaz de no devolver un gemido habrá que callar en plena calle
Pero no me des más por muerto
solo estoy mirando por la ventana
Serenando la mirada, refrescando la frente con la estrella de la mañana
Olvidando la guerra y la peste de cada día
Si me encuentras en un estado crítico
no temas, no hay basura en la bañera
Será que empiezo a acostrumbrarme a una nueva hegemonía, a esta realidad de dureza e imperfección
Tengo que bajarme de mi planeta mágico
Darme cuenta de que todo es condenadamente real y doloroso
Salir de ese portal incólume y dejarme ver por la hierba
Untarme del verde clamor de las estaciones
Traficar con la vida que enmudece entre los bombardeos de la mañana.

Yom Hernández
Aquí un licenciado en Historia, loco por la literatura que lee y escribe pertinazmente. Padre de tres libros publicados por Ed Atlantis, Ed Adarve, Ed Cuadranta.
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