Nunca hubieramos funcionado

No teníamos ni la más mínima oportunidad de funcionar, pero nos quedamos a ver si estábamos equivocados.
Y a veces, quedarse es ir demasiado lejos.
Tú no querías que me fuera, y yo no me quería ir,
pero no nos podíamos quedar.

Nunca fuimos nada, pero nunca tuvimos tanto.
Entre nosotros nunca hubo nada, y aun así nos convencimos de que había algo que debíamos dejar ir.

Me dijiste que, si no estuviéramos enamorados, podíamos ser amigos.
Yo te dije que, si te quedabas, prometía no quererte.
Pero llevabas en los ojos el dolor más bonito del mundo.
Y yo soy mucho de meterme en problemas.

Y es que tu amor me hubiera ahogado.
Hay personas que son lluvia todo el año. Y, claro, te enganchas.
Y no hay nada más triste que ser fuego y enamorarse de la lluvia.

De todas las vidas posibles, nos tocó justo en la que no se nos dio.
A lo mejor no estamos hechos para finales felices.
A lo mejor solo éramos dos personas tratando de odiarse a sí mismas un poco menos.
A lo mejor solo fuimos una nada que se alargó.
A lo mejor no gustamos porque éramos imposibles.
A lo mejor nos gustamos porque éramos incompatibles.

Y todo el mundo sabe que los polos opuestos arden, rompen, duelen,
pero, inevitablemente, siempre se atraen.

Tú y yo nunca estuvimos destinados a lograrlo,
pero solo el universo sabe cuánto lo intentamos.
Tú y yo somos la prueba de que también se puede florecer en el lugar equivocado.