No seremos hogar,
ni cuerpo habitado en la madrugada.
No te contaré mi día,
ni esperaré tu risa en la mesa.
No seremos el eco de una vida compartida,
ni el tacto dormido de una costumbre.
Éramos dos arquitectos sin planos,
levantando un puente desde lados opuestos,
con materiales que nunca encajaban.
Yo trazaba caminos en el viento,
vos medías distancias con una brújula rota.
Yo escribía océanos,
vos solo veías la orilla.
Yo hablaba de cielos abiertos,
y vos solo contabas los días nublados.
Y ahora
ya no estarás en mis días futuros.
No serás la voz que llame mi nombre
cuando la noche se haga larga.
No sabré si en otras bocas
te detienes un segundo a pensarme.
No sabrás si mi sombra
todavía encaja en la tuya.
No sabré si aún guardas algo de mí,
No sabrás si en mi persona
aún se despliega algún recuerdo.
No construiremos juntos la memoria,
ni miraremos atrás con nostalgia común.
Ya no soy más que yo.
Ya no eres más que tú.
Si te gustó este post, considera invitarle un cafecito al escritor
Comprar un cafecito
Cielo Hochberg
No sé por qué siempre que escribo termino hablando de ausencias, de muerte y de amor. Será que quizás son las únicas formas de vida que conozco.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión