Me despierto con la sensación de que la tristeza abrumadora me carcome y no quiero levantarme. Pasan una, dos, tres horas. Doce horas acostada donde le doy lugar a mis pensamientos que las pastillas hoy no están pudiendo mejorar. Me siento como si estuviera meses atrás, en el tiempo-espacio donde me cuestionaba si era yo la que se dañaba a si misma o realmente estabas tratando de hacerme mal. Estoy confundida, mi mente no me da claridad. Me siento a la defensiva, estoy todo el tiempo tratando de identificar de si siento en vos un lugar seguro o si tengo que huir antes de que me destruyas. Me levanto y veo la tita que me regalaste ayer sobre el escritorio, de cierta forma me da paz, me hace sentir tu cariño. Pero pienso y mi papá le regaló flores a mi mamá alguna vez. Tomó una pastilla esperando que haga efecto, no quiero sentir. Trato de entenderte, sé lo que pasa aunque no puedo sentirlo. Nunca estuve ahí tanto tiempo, pero siempre me dio pensamientos oscuros. No quiero romperte en mi proceso de sanar, quiero que sanes. No quiero que me rompas en mi proceso de sanar, quiero que me quieras ver bien.
Emma Gamow
No soy buena con las biografías ni con los títulos pero quizás si con las palabras que brotan del teclado.
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