Solo es mi ego hablando.
El que dice que no soy lo suficientemente buena como para gozar de un trabajo bien hecho. Que no tengo las capacidades para hacer algo.
No. Peor aún...
Es mi ego el que está cómodo en su posicion.
Sin querer ir a un espacio diferente.
Transformandose en pereza. Es lo que me impide moverme. Me tiene atada de los pies
Pero también, mi ego, habla mediante mis manos.
Mis manos que ahora estan tan, tan lastimadas por intentar deshacer el nudo ironico de mis pies.
Si mi arrogancia pudiera hablar, diria algo como: "Puedes hacerlo, sabes que no hay nadie mejor que tú haciendo lo que sabes."
¿Qué sé hacer? ¿Cómo sé mis capacidades si no puedo ni siquiera ocuparlas?
Tal vez no tengo ni una sola.
Ojalá tener tantas que no me sean suficientes mis dedos de las manos para contarlas.
¿Y mis cualidades?
Ojalá tener tantas que, además de los dedos de mis pies, falten dedos para contar. Y si las tengo, tal vez mi ego también nubla mi mirada.
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