"el sol siempre sale" solemos escuchar cuando nos atrevemos a compartir con otros sentimientos que podemos asociar a las nubes, consideradas contrarias a esa "luz en el cielo".
Esas primeras palabras resultan ciertas aunque, a veces abusamos de esa certeza y las evocamos para safar de momentos en los que también nuestro cielo está nublado.
Hoy mí cielo está atravesado por miedos, culpas y, sobre todo, duelos no "duelados". Resulta que las expectativas no realizadas implican de esos procesos, sobre todo cuando uno se aferra fuerte a la idea a la que apuntaba. También toca duelar personas que ya no están físicamente, o aquellas que están en el plano material pero lejos de unos. Aunque es más difícil cuando el duelo es sobre una persona que está, que está cerca pero está dejando de ser quién era. Ahí también de va una versión mía y toca inventarse una nueva.
La verdad que, cuando tenés semejante tormenta encima, sólo nos queda la esperanza que en algún momento saldrá el sol y, por suerte -o no- alguien estará ahí para anunciarnoslo.
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