Noviembre sin voz
Soy presa en la voz de un corazón que no tiene boca,
y la mente pone en palabras
lo que al corazón le cuesta decir.
La noche guarda todas las llaves
que en silencio abren mi alma,
y en ese umbral, el sentir y analizar
siempre me ponen a pensar.
Porto el cuchillo con el que me apuñalaron,
quizás siempre estuvo en mis manos,
y el dormir de mis ganas
trae ruido en la noche.
El viento me habla, pronuncia tu nombre impetuoso;
en la música te siento,
susurrando en mis oídos.
Mientras la luna yace dormida,
sin querer despertar,
la noche en este día
se resiste a llegar.
O quizás es el sol,
que a la luna quiso amar,
pero en golpes de distancia,
ella se niega a despertar.
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