Qué conmovedora y aterradora es, al mismo tiempo, la nostalgia. Conmueve al encontrarla de sopletón; asusta el tiempo perdido.
¿Tiempo perdido?
Lo viviste, lo disfrutaste y sí, como todo en esta vida, pasó. Tiempo pasado debí decir; que asusta quizás por su cada vez mayor lejanía.
¿Se pierde realmente lo que no queda en el olvido?
Se lo extraña porque se lo recuerda. Se extraña lo que ya no existe y queremos que tan sólo perdure un poco más.
Eso es la nostalgia: el deseo intrínseco de recuperar el pasado, los recuerdos para, ¿no extrañarlos?.
Recordar, volver a pasar por el corazón (RE "de nuevo" - CORDIS "corazón") aunque sea tan solo a la luz de nuestra imaginación y sí, extrañar aquello que ya no es, pero que tuvo la fortuna de alguna vez haber sido.

Eleonora Perez Caressi
Soy periodista. Cubro recitales, charlo con músicos. Trabajo con PNL y en desarrollo personal.
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