Nosotros, el corazón y la mente
Cuando el corazón y la mente no van por la misma línea, se genera una controversia que es necesario que sea aclarada.
Ambos funcionan al mismo tiempo, pero sin duda el corazón es el que gana la carrera por barrida.
Intentan tanto uno como el otro generar la dirección de la acción del ser humano, y muchas veces nos preguntamos a cuál seguir, pero esa pregunta es tan solo un instante, porque el corazón es el que nos hace sentir; es, sin duda, muchísimo más pesado que el cerebro aunque este último sea más grande.
Tienen la capacidad de hacer que en un microsegundo podamos imaginarnos millones de posibilidades que cambian nuestro estado de ánimo: los sentimientos son más vivos, la angustia, la desesperación, la ansiedad, pero también el amor. Por este último sentir es que el corazón se impulsa y llega así a la meta antes que el cerebro y la razón.
Creo que el amor es el que puede generar la máxima expresión de felicidad pero también de tristeza. Los sentimientos están a flor de piel y cualquier cosa que me digas o me des a entender con tus gestos y movimientos va a recorrer dentro de mí probablemente un millón de veces más que la duración de tu acción.
Mi rutina puede ser igual, pero si el amor me envuelve la veré de una forma muy distinta: los días tendrán un color diferente y el tiempo puede variar dependiendo de cada segundo que estés conmigo.
El cerebro le deja lugar al corazón y por esto también es importante agradecerle o tenerlo en cuenta, porque, sabiendo que no puede ganar la carrera, sigue funcionando o esperando ver la manera de actuar.
A pesar de todo esto, cada carrera puede ser diferente y el ganador también: tú eres el que elige quién gana, si el corazón y sus sentimientos a flor de piel o la mente y el razonamiento lógico. Teniendo en cuenta que la carrera no es una sola: se realiza todos los días, todos los minutos y segundos de nuestra existencia; solo que hay algunas que son más pequeñas, donde no hay muchos espectadores, y otras que están repletas de gente y el ganador es muy importante para todos. Aunque creo que las más decisivas son las pequeñas, donde estamos solo nosotros, el corazón y la mente. Estas son las que se dan constantemente, y es muy importante ver quién gana y quién pierde para observar quién guía la acción de la mayor parte de los días de nuestra vida, que es estando solos con nosotros mismos, y reitero: nosotros, el corazón y la mente.
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