Cada recuerdo que tengo de nosotros es una punzada a lo que nunca empezó, a lo que quiera que fuera. Pero mi miedo no dejó, o tal vez mi falta de confianza hacia tus promesas fue lo que no me dejó. Cada promesa era un anhelo por cumplir, pero también un miedo con el cual vivir. Tal vez el miedo a que no funcionara o a salir lastimada. No lo sé, pero lo que sí sé es que cada noche anhelaba poder verte. Tal vez no llegamos a nuestro "felices para siempre", pero fuimos felices el tiempo que duró. Cada risa, cada plática nocturna, cada chiste quedará grabado en mi corazón y mente hasta que mis ojos se cierren y mi cuerpo dé su último respiro.
Recomendados
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión