mobile isologo
buscar...

nómada

Alioth

Jul 25, 2024

110
nómada
Empieza a escribir gratis en quaderno

Recuerdo un día en el depa cuando Nanna me visitó sin avisar, ya era de madrugada y seguía despierto, habíamos intercambiado un par de mensajes y hacía poco me había tomado la medicación que había estado postergando por falta de dinero, me sentía medio lleno la verdad, pero siempre habían detalles que me acordaban que algo me faltaba. Había estado comiendo de más tratando de llenar un vacío que ni yo mismo identificaba, estaba repitiendo las series y películas que alguna vez vi con Nanna cuando compartíamos el depa.

Cuando llamó a la puerta supe que era ella, me levanté en chinga y le abrí, nos abrazamos aunque en realidad habían pasado pocos meses desde la última vez que nos vimos. Salimos al balcón poco después, ahí siempre nos hacíamos espacio y extrañamente estaba todo en silencio, se lo dije:

—¿No te parece raro el silencio de ahora?

—¿Verdad? Yo también lo pensé; siempre que visito Monterrey está todo en movimiento.

Era algo que ya había dicho con anterioridad, sobre el movimiento y lo poco que le gustaba, era de las principales razones por las que constantemente se mudaba, y me resultaba irónico pero tampoco se lo cuestionaba, sabía que en su cabeza todo funcionaba a su manera. Fumamos bajo las estrellas y compartimos un vino medio dulce que habíamos dejado la última vez que me visitó, nos pusimos medio melancólicos, nostálgicos.

—¿Ya encontraste tu hogar?

Me animé a preguntar.

—Ya sabes que mi hogar está contigo. Pero sé a lo que te refieres, y no, no creo encontrarlo alguna vez, o al menos no por ahora.

Me quedé pensando en eso, que me lo recordara me hacía bien. Le había regalado una copia de la llave del depa en una ocasión antes de irse, fue una de las pocas veces que la vi llorando de felicidad, no sé por qué me acordé de eso pero fue bueno recordarlo, también me hizo bien.

Cuando éramos más chicos fumamos a los pies de una puerta cerrada en una peda, tenía el corazón roto y estaba planeando un suicidio que llevaría acabo tiempo después, no estaba tan consciente de ello; después nos pasamos al patio de la casa y observamos un pájaro que yacía encerrado en una jaula, nos sentimos identificados, queríamos llorar pero solo fumábamos y ya estábamos medio ebrios, nos hubiese dado vergüenza si comenzábamos a llorar, aparte no queríamos cagarle el pedo a nadie.

Fueron buenos momentos, de pronto ya éramos adultos y volvíamos a fumar en este balcón compartido que siempre sería nuestro. Me hablaste sobre las chicas y los chicos que besaste mientras no estabas y en los nombres con los que te presentabas, siempre cambiándolo, siempre diferente y ninguno repetido. Nos fuimos a dormir cuando el alba se mostró, me acosté en tu cama y nos escondimos bajo las sábanas, no quería dormir, hablamos por un par de horas más y cuando quedé dormido no quise despertar más. Fueron varias noches así, quizá una o dos semanas mientras decidías a dónde marcharte, después un día desperté y ya no estabas en casa, te busqué como un dueño busca a su gato perdido pero no te encontré, te llamé un rato después y no atendiste, yo solo lo acepté, sabía que en algún momento llamarías y hablaríamos durante horas, fue cuando me di cuenta que por un instante me había vuelto a sentir lleno, y de pronto podía volver a percibir ese pequeño espacio en blanco que te habías llevado, no lloré, creo que me sentí feliz, saber que una parte de mí siempre te pertenecería era algo que me hizo sentido, ahora solo esperaba a tu regreso, algún día, siempre volvías.

Alioth

Comentarios

No hay comentarios todavía, sé el primero!

Debes iniciar sesión para comentar

Iniciar sesión