algo me lleva atrás
la derecha, el invierno
algo indeciso
el incienso
traza el pulso y la espera
jinete que enciende
los faroles de la noche
calle de oliva
velas y huesos ilustran símbolos familiares
yo me arrastro como alquitrán
densa y oscura
vuelvo a empezar
vuelvo a la rudeza
por la sien se obstruye un arrollo
fantasma en las quietas aguas
sostiene un abrecartas y condena
el suspiro adornado de humo
el humo liberando el calor del cuerpo
el cuerpo febril
mano agitándose en la noche
esconde los sueños tras las cortinas
en la noche negra dominical se pierde
transformadores apagan tus trazos
tus trazos apagados
hace ya meses
ya estaba ida
extrañada
en la tenue luz fría
preguntándome
lo mismo de siempre
los faroles uno por uno en aquella calle
las caras alunadas en la helada
y el apagón
y el calor y la claridad subsiguientes
risas se ausentan al filo de la copa
al filo de las cartas mi lealtad quebrantada
qué haré con ese hilo dorado
lo colgaré en las ramas del aire quieto
le daré caricias afuera
se vertió toda la dulzura
en las horas que estaban hechas de tus manos
de mis manos
cae la madrugada
como un manto fluvial
soy interceptada a un banco de viento
interceptada en toda la habitación
intercepción que conocí bien
después de conocerte
noches consumida por anocheceres tropicales
arañando los 9 metros de altura
noches que subimos al techo y bajamos en el tiempo
tendida a tu mano como se inclinan los árboles a la corriente
céfiro dulce y perfecto
y maravillas noctámbulas a la luz de los faroles
y veladores taciturnos
la luz cítrica y la hora de la estrella
los cantos se tornaron ecos y las procesiones secretas
cuando tu risa bajo mi risa
bajo la lluvia en el nocturnario
me ves soñando
corriendo como corren álgidos los ríos
como los caballos salvajes
y las disruptivas manos
que guiaron el ritmo de mis histriónicos latidos
los vidrios astillaban
en la canción que inventamos
rugía el viento desgarraba las ventanas
mi voz quebrada
vos descontinuado
o finalizado
de cualquier manera tus versos ausentes
y no te volví a ver
delirio
que encierro
donde apenas me acuerdo
cantando canciones de estrellas y muertos
y nunca volví a soñar con tu voz
llamando mi nombre
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