Llamamos frías a las noches
pero ellas son nuestras debilidades.
¿Quién en su sano juicio es poeta durante el día?
¿Quién de los más valientes
se atrevió a mostrar su vulnerabilidad al sol?
Decimos que la noche es turbia
pero todos nosotros nos desvestirnos ante la luna,
y nos cubrimos en los primeros rayos del día.
¿Son las noches frías,
O somos nosotros los turbios?
¿Es la luna quien nos cubre con su cálido manto hasta pulir nuestras debilidades?
¿O es el sol durante el día quien de a poco nos oxida?
O simplemente seamos nosotros
los débiles,
los fríos,
los turbios.
Y encontramos en el vacío de la noche
un lugar donde despojarnos de nuestro corazón;
ofreciéndoselo a la luna.
Para honrrarla
y sacrificar nuestros más profundos sentimientos,
por una pizca de su luz.
Estamos cansados de los amarillos del sol,
queremos algo tibio
que nos haga sentir queridos
y no solo iluminados.
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