Hola, soy yo de nuevo, sé que quizá ya te tengo hasta la madre pero, eres la única que me escucha todo el tiempo y no me interrumpe, posiblemente me des la espalda una que otra noche pero, siento que todo el tiempo estás ahí a pesar de mi insistencia por quitarte el tiempo. Tampoco es mi intención, simplemente me gusta contarte mis cosas, aunque sé de sobra que tampoco es lo más cuerdo ni lo más normal si le preguntamos a alguien.
Te cuento algo que ya sabes, y es que no puedo dejar de pensarla, me has escuchado noches anteriores y ya te comenté que se me ha clavado muy cabrón en el corazón, no te rías, es la verdad, no me da pena decir que estoy enamorado de esa mujer, nunca me voy a sentir avergonzado por declarar mis sentimientos y con ella desde el primer día he podido ser yo mismo sin ningún problema. Me dio tanto que me sentí extraño, pues hacía mucho que nadie me daba todo eso que ella me dio.
Oh! has volteado, creo que ahora sí he acaparado tu atención, sé que no puedes decirme nada, va contra tus principios, pero me entiendes y creo que con eso estoy más que complacido.
Pues bien, resulta que se aparece en mis sueños, ahí me da todo su amor, miro su sonrisa y me hace desear tenerla frente a mí para poder abrazarla tal y como me gusta hacerlo, rodearla con mis brazos y darle un fuerte apretón y que haga olvidarnos de todo. Siento de repente sus labios en mis labios, desencadenando una serie de suspiros, ¿crees que acaso he perdido la cabeza?
Lo cierto es que, no puedo dejar de pensarla, de llamarla con mi mente, de escribirle cartas, de decir su nombre, y para serte honesto no quiero que suceda, no quiero dejar de hacerlo. Es tan bonito amarla, es tan maravilloso esto que ella provoca en mí que, posiblemente lo has escuchado muchas veces, pero, si está en mis manos luchar, quiero ganar la batalla y tomar su mano y salir triunfante, pero junto a ella.
Suelo pensar que me la voy a encontrar casualmente al estilo de un cuento y vamos a correr los dos, sin frenos, con toda la intención de fundirnos en un abrazo y por consiguiente el beso será consecuencia de extrañarla tanto. Ah porque eso no te lo he contado, hace días que no la veo en persona, solo en mis sueños, y a pesar de que sueño despierto, eso no impide que la eche de menos.
Tú con tu brillo, lo logras ver todo, y no dudo que sabes lo que ella piensa, no pido una respuesta, tan solo en mi corazón hay una esperanza de que esporádicamente me pueda yo cruzar por su mente. Desconozco de qué manera, lo que sí sería agradable que fuera con amor como lo que yo siento.
Deseo tanto leerle los poemas que le dedico, ver la expresión en sus ojos al demostrarle cuán enamorado me tiene y que no es pasajero lo que pido vivir con ella, ella es la mujer que alguna vez le pedí a Dios y queriendo creer que las pruebas siempre se van a hacer presentes, estoy convencido que juntos podemos contra el mundo.
Creo que tienes más gente hablándote, y no nos puedes atender a todos al mismo tiempo,al menos no como demandamos. Ya te dejo en paz por hoy. Solo te pido que cuando la veas a ella, le digas que le mando un beso y que sepa que la quiero, aunque no me escuche cada noche se lo grito a las estrellas para que un día pueda oírme así como me oyes tú.

Roberto García
Hombre arcádico con sentimientos farádicos. Escritor esporádico, iluso creador gonádico. Con amor pleno y poeta maniático, pero, poco simpático...
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