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No tengo un plan.

Dolbach

Mar 18, 2025

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No tengo un plan.
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El sol tarda.

A veces me desvelo antes de la sensatez y observo entonces desde mi atalaya al hombre circunspecto que se encarga de poner las calles cada mañana.

Hace su labor de forma diligente y callada. Por sus gestos, se nota que ya tiene una edad, que arrastra mucho cansancio y constantes dolores de espalda.

El hombre se afana para desaparecer del paisaje antes del alba. Que nadie quiere ser consciente de lo hay más allá de la alfombra roja que pisa la fama ¿Quién la tejió? Es mejor no ver la labor de trastienda, la pobreza, la miseria humana.

Nadie tiene en cuenta a quienes de veras hacen posible que los muchos nadies hagan para que los ricos tengan limpias las cañerías de sus desagües, para que los políticos puedan tener ropa con la que vestir sus mentiras. Sí, para que un super millonario haga con sus dineros electos presidentes y turísticas naves espaciales.

Quienes ponen las calles, limpian también las cenizas que los demás dejamos esparcidas, inconscientes de que alguien ha de aventarlas.

Y el mundo funciona ajeno a quienes de veras lo ponen en marcha.

Un ajo en restaurante de cinco estrellas también tuvo una mano que sembró en la tierra.

Hoy no tengo cuerpo, madre.

Es triste, pero se pierden las ganas de hacer.

Debería uno desear embellecer el mundo con una piedra mejor colocada, con plantar un árbol, recoger un plástico, escribir un poema, saludar con una sonrisa, pero es tan enorme lo poco que importa nada. Todo.

Deciden tras una mesa de caoba que han de morir miles de personas y basta con una firma o con asentir con la mirada ¿Qué sé yo que formalidades se usan para los crímenes?

Y yo podando el rosal.

Desahucian a una madre con niños pequeños y sin un lugar al que ir. Los policías cumplen las órdenes dadas. ¿Y si fuera su hija o su hermana?

Y yo pintando un paisaje en un cristal.

Se ahogan en el mar quienes buscan poder vivir mientras aquí se esquilma su tierra y se ponen más altas las murallas.

Y yo juntando palabras.

De veras, se quitan las ganas.

Lágrimas.

Los ojos son para mirar pero los malnacidos los obligan a llorar.

Y aquí abajo obedecemos y nos matamos por nada, por migajas de pan duro, por sinrazones de honor, bandera y patria. Lo que inventan los de arriba que nunca están en la batalla, pero de todas las guerras sacan su enorme tajada.

Despertemos de una vez y miremos las miradas, las de quienes son nosotros y nunca nos quitaron nada.

Despertemos y entendamos quién es el enemigo, quien por su usura y maldad, quien de veras nos mata.

Demasiadas lágrimas que se suman a todas las lágrimas. Así mares enteros.

Lamento contagiar tristeza y mostrar de mí estos sentimientos. No tengo un plan, es.. lo que hay en los adentros, lo que me nace viendo el mundo que hacemos. El que nos perpetran.

Lo lamento.

Dolbach

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