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    No te has ido

    Martina

    Abr 8, 2024

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    No te has ido
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    Es inútil negar que una parte de ti, de tu esencia, va ligada a la mía. Este nudo, que pasa por lazo, hará que siempre sea de esta forma. La misma futilidad tiene el hecho de intentar enterrar viva esta realidad.

    Me pregunto qué sería el volver a compartir tiempo juntos, con todo lo que conlleva el recorrido de las agujas del reloj, como solíamos hacer cuando los inviernos era menos álgidos y los veranos no tan áridos. Hacer el camino de vuelta por un momento a esas tardes, aunque sea por demostrar(nos) que no está todo perdido, en las que veíamos partidos juntos. Aún recuerdo tu ilusión al enseñarme algo que conseguía tornar cálidas tus expresiones; y la mía al pasar un rato íntimo contigo y tus mejores actitudes, esas que dejabas salir a la luz del día cuando no adulterabas la naturaleza de tu mente. O tal vez, tu naturaleza siempre fue esa, y yo solo era una pintora novata que trataba de retratarte sobre el lienzo lo mejor posible, usando mis acuarelas de mayor calidad.

    También me pregunto ahora, después de tantos cambios de estaciones, qué supondría el sentarnos uno al lado del otro con nuestros corazones, que bombean la misma sangre, latiendo cerca por primera vez en lo que se me asemeja a una eternidad. Se me ocurre que nos podríamos fumar un cigarro, ese hábito que he adquirido al igual que hiciste tú. No puedo evitar que el humo que sale de mis labios me evoque, una vez más, tu recuerdo.

    Es rara la sensación que recorre mi cuerpo, ese que contribuiste a crear y que tiene algo de ti, cuando alguien apunta hacia nuestras similitudes. Puedo sentir una rabia repentina apoderarse de mi, el disfraz que eligen mis miedos cuando les recuerdan que existe la posibilidad, por remota que yo quiera creer, de que nos parezcamos. Al mismo tiempo, una muy diminuta parte de mi, se alegra de saber que ese algo de ti siempre va conmigo, a pesar de ser lo que más me hace detestarme y sentirme deplorable. Me invade la fatiga, comienzan las náuseas, el mareo acompañado de dolor de cabeza, una punzada que me priva por unos instantes del aire, ese que se siente mucho más cargado de oxígeno desde que no estás tú para contaminarlo con tu presencia.

    Martina

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