No sé qué hago acá

Arde la piel lastimada con los rastros de otro. Es profundo el pozo que toma por sorpresa la introspectiva costumbre de tratar de estar confiada. Los brazos tapados. Las pastillas desordenadas. Una vida que no merece respirar el aire.

Me levanto. Tomo una dos, tres, no sé qué hago acá.

Me sostengo a base de antipsicóticos de dos tipos y antidepresivos. Estoy anestesiada, no puedo disfrutar de nada. De los efectos secundarios aparecen las manchas en la ropa. No sé qué hago acá.

Cada día es una batalla imposible de ganar. Debería partir. Mi vieja dice que es pasar a mejor vida. Y si nos comen los gusanos y no hay nada. No sé qué hago acá.

Estoy viendo cómo pasan los días mientras desperdicio mi joven adultez muriendo lento. No sé qué hago acá.