Vago por la noche como quien ya no espera nada.
Las calles están vacías,
como yo.
La luna esta noche es roja,
como si sangrara por los que ya no duermen.
Me observa desde lo alto,
sin compasión.
Sin promesas.
A mi lado,
él.
Mi sombra felina.
Mi único compañero.
Un gato negro que no teme mi silencio,
porque también le pertenece.
No hablamos.
No necesitamos.
Nos basta con existir en lo que queda.
A veces creo que sus ojos lo saben todo:
cuántas veces he amado,
cuántas veces he huido,
cuántas veces he querido desaparecer.
Pero sigo.
Sigo caminando bajo lunas que nadie ve.
Porque los que somos oscuridad
no buscamos luz.
Solo algo que nos recuerde
que aún estamos aquí.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión