no llamaré

Una araña con tu nombre escala con sus intrépidas patas ásperas las paredes de mi garganta, mis labios ansían recordar la fonética de tu anhelado apodo, mi lengua saborea el amargo deletreo de tus consonantes y vocales.

Mis manos inquietas y nerviosas tiemblan al trazar un mensaje, uno borroso e indescifrable. Mi subconsciente se nubla, una dolorosa tos suelta perladas lágrimas color carmesí, mi pálido cuerpo no da más de sí.

Mi garganta se desangra con el pasar de los minutos, la comisura de mis labios desea trazar tu nombre. Mi anhelo susurra sin emitir sonido, todavía recuerdo la combinación de números que me lleva a tu dulce voz.

No llamaré, dejaré que la nostalgia hiele cada milímetro de mi ser. Mi orgullo me ahoga con la razón de nuestra distancia, tus constantes falacias e incorcondancias.

No llamaré, aun así, si dignas a llamar primero te prometo que responderé.