No es egoísmo, es conciencia

No es egoísmo, es conciencia

Hubo un tiempo en que nos llamaron “la generación de cristal”.
Nos dijeron que todo nos dolía. Que éramos frágiles.
Que llorábamos por todo, que no teníamos carácter.
Pero lo que pocos se detuvieron a ver…
Es que no éramos frágiles por sentir. Éramos valientes por atrevernos a sentir.

Fuimos una generación que habló cuando otros callaron.
Que cuestionó lo que parecía incuestionable.
Que puso sobre la mesa palabras que antes eran tabú:
Ansiedad. Depresión. Abuso. Trauma. Límites. Terapia. Sanar.

Y hoy, esa misma generación ya no es adolescente.
Muchos ya son adultos. Tienen entre 25 y 35 años —o incluso un poco menos—.
Ya no viven con sus padres, Pagan cuentas, Trabajan. a veces en lo que aman, a veces en lo que pueden.
Y aun así, siguen siendo criticados.
¿La nueva razón?
No quiere tener hijos. O no ahora. O no de la forma tradicional.

Y otra vez, nos llaman egoístas.
Nos dicen que estamos “perdiendo tiempo”, que se nos “pasa el tren”.
Que tener un hijo “te cambia la vida para bien”.
Que “maduras de verdad cuando sos padre o madre”.

Pero ¿sabés qué?
Justamente por eso muchos no quieren serlo. Porque entienden lo enorme que es esa decisión.
Porque no lo ven como un paso obligatorio.
Porque no quieren traer una vida al mundo si no pueden darle estabilidad emocional, tiempo de calidad, contención y amor sin heridas heredadas.

No es egoísmo.
Es conciencia.

Conciencia de lo que implica criar.
De lo que cuesta emocional y económicamente.
De que no solo se trata de amar, sino de saber sostener.

Y eso no nos hace fríos, nos hace responsables.

No queremos repetir patrones rotos.
No queremos hijos para llenar vacíos, ni para cumplir expectativas.
Queremos hacer las cosas con sentido.
Y si no estamos listos, sabemos decir que no (todavía, o tal vez nunca).

Porque el mundo cambió y también cambió lo que entendemos por adultez, por familia, por felicidad.

Claro que no lo hacemos perfecto, a veces dudamos, a veces fallamos, pero no se puede decir que no lo pensamos.

Así que, si alguna vez te hicieron sentir mal por no querer lo mismo que los demás…
Por no tener hijos, por tener mascotas, por priorizar tu salud mental o tu estabilidad…

Recordá esto:

No es egoísmo pensar en vos.
No es inmadurez cuidar tu salud mental antes de cuidar a otro.
No es una falla querer algo distinto a lo que tus padres quisieron.

Es conciencia.
Es responsabilidad.
Es amor, del más real.

Y si decidís tener hijos algún día, que sea por deseo, no por presión.
Que sea desde la sanación, no desde el vacío.
Que sea desde la elección, no desde la culpa.

Porque esta generación —la tuya, la nuestra—
No vino a repetir.
Vino a elegir con el corazón despierto.

Y eso, aunque a algunos les moleste, es el cambio más hermoso de todos.

No escribo esto para imponer una forma de vivir.
No buscamos decir qué es mejor o peor.
Solo queremos ser entendidos.
Queremos que se escuche sin prejuicio, sin burla, sin juicio fácil.
Queremos que se respete que hay muchas formas de crecer, de amar, de construir familia, de ser adulto.

Y si algo de todo esto resuena con vos…
Si alguna vez te sentiste juzgado por pensar diferente…

Solo queremos decirte:
No estás solo. No estás mal.
Estás eligiendo con conciencia.
Y eso también es amor.

Un abrazo desde el corazón besitos bye bye ✨

┃𝓐𝓭𝓮𝓵𝓪𝔂 🌷