Recuerdo que una tarde dijiste
entre bostezos, y yo te oí
"Soy feliz porque en las estrellas vivo
y las estrellas, ellas viven para mí".
Ante un suspiro y una pausa consentí
"Sí, mi amor. Por ti el cielo ha de vivir.
Y las flores y las noches del verano
florecen con tu sonreir".
Mas no hubo dado las diez en el reloj,
que tú ya te debías de ir.
Y así existí sin existir, sola en mi cuarto
esperando alguna vez oirte decir
"El sol, la más grande estrella,
cuyo cabello esbozó de luz
una vez que paseaba tersa
la niña más linda, esa eres tú".
Ahora vuelves asustado
en ese aire juvenil.
Tocas mi puerta, perdonado
por quién sabe quién y qué fue de mí.
Recomendados
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión