...
El paripé monárquico.
Ser rey para eso es vivir de un cuento que ni siquiera ha escrito él. Ni derechos de autor tiene sobre la historia. Pero ahí anda, con sus uniformes de gala, con su poder sobre las tropas armadas, con su prestancia y apostura. Con su palabrería vana. Este hombre, al fin, solo tiene el dinero y posición que consigue de los demás y lo tiene por haber nacido de una determinada vagina y por la simplicidad cómplice de un país adocenado y sumiso.
Aquella guerra y aquella dictadura y la transición trampa, siguen enterrando a un buen país, como enterraron a buenos españoles.
Supongo que Felipe fue educado para esa sinsustancia y por eso dormirá tranquilo creyendo en su importancia.
Inútiles vidas.
Una palabra tuya.
Yo no necesito nada del tal Felipe. Sus decires me importan tan poco como los del cura de Villa Armarios de abajo.
A mí me parece ridículo y antiguo este paternalismo patrio y quisiera saber a cuánta gente le parece bueno, interesante o necesario que el impuesto Jefe del Estado tenga a bien dirigirse a sus súbditos.
¿Recuerdan en "Los santos inocentes" la escena en la que la madre del niño que hace la primera comunión (los dueños de todo) sale al balcón a saludar a la chusma? Pues algo así es eso. Este pájaro se asoma a esa ventana para dejar que veamos su ilustre persona y nos habla de cómo hemos de hacer y pensar.
Ya digo, quisiera saber cuánta gente quiere eso y cuanta, cuando lo ve, dice o piensa: "vete a la mierda".
Ese tío, para mí, no es nadie.
(Y me entero de que al facherío, el rey, no les parece lo bastante facha. Como este Papa es un rojo malo para los radicales católicos. No dejan de tener su gracia los temibles talantes).
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