Ningún optimismo.

R.I.P.

Quienes deciden los destinos de las mayorías se creen por encima de las realidades mundanas. Les sobra el dinero (aunque jamás lo regalan) y eso les hace sentirse seguros de que nada ha de faltarles. Así, esas gentes cuestionan y ven mal todo lo que podría favorecer a quienes no son ellos.

Las subidas de salarios y pensiones, el control de los precios de determinados productos y servicios básicos, la Sanidad universal y gratuita y la Educación sinónima. Todo servicio social es merecedor de su censura porque ellos no son usuarios.

Jubilarse a los sesenta y cinco es inviable, (imaginen pensar en dejarlo, como maestro, a los sesenta); hay que trabajar más años, dicen quienes jamás han doblado el lomo salvo para comer algún sexo ajeno o probar a comerse el propio.

Esa élite despreciable merece ser aniquilada por la mayoría, pero hay un problema al respecto: En la mayoría (apisonada) se da quien los adora y los apoya.

Y entre los que quedan, unos son anti violencia y pro respeto incluso a lo no respetable y los demás no tienen ninguna posibilidad tan siquiera de iniciar tal cruzada.

Solo queda esperar que los ricos acaben con los pobres (están en ello) y entonces aquellos se den cuenta de que ellos solos no sirven de nada.

Descansemos en paz.

...

¿El vientre lo quiere con IVA o sin IVA?

Así, a los tiempos les sucedieron los tiempos y todo lo que podía necesitarse o desearse pudo ser comprado por quienes podían pagarlo.

Riñones y corazones. Sexo. Úteros.

Mercados de esclavos hubo; ¡Miren que ejemplar nubio. Fuerte y con toda la dentada. Por quince sextercios, y cinco más si se llevan a la hembra!

Pero, lo que son las cosas, el nubio y su compañera se sabían esclavos.

...

Los que menos existen.

Cuando me siento parte de la minoría, me pregunto si no estaré yo equivocado y serán esos que son más los que aciertan.

Pero es que no se trata de que mi pensamiento, minoritario, sea el equivocado, se trata de que la mayoría, simplemente, no piensa.

...

¡A las barricadas!

Si fuera un líder llamaría a la revolución.

No hay otra salida.

Con el Capital contra el Pueblo.

Con la Justicia contra el Pueblo.

Con la Iglesia contra el Pueblo.

Con la Prensa más vista, leída y escuchada contra el Pueblo.

Con la mayoría de los políticos contra el Pueblo.

Con el propio Pueblo contra el Pueblo, lo único que le queda al Pueblo es la revolución y morir matando.

Al menos no sucumbiría sumiso y de rodillas.

Pero soy nadie y nadie escuchará mi llamada.

Dirán que estoy loco. Ojalá tengan razón y yo no.

METÁSTASIS.

("Todo está perdido cuando los malos sirven de ejemplo y los buenos de burla". Demócrito).

Y, en realidad, si todo el esfuerzo, los recursos y la ciencia que se dedican a la guerra se dedicaran a la Paz, este sería un mundo feliz.

... (Relax).

La noche enfrente.

La Luna no tiene luna,

pobre Luna.

Llena su cielo de Tierra.

Llena su suelo de arena.

La rodea, Luna sin luna,

una estrellada tela negra.

El Sol la hace nada y plena.

Creciendo un día, otro, merma.

Luna de mirada ajena.

Luna sin luna,

esclava rebelde de la Tierra.

...

En fin, acabo con una reflexión nueva:

La gente no quiere la verdad. Es mejor que el doctor engañe al paciente, "no está usted bien, pero no es tan grave. Con este tratamiento..."

El planeta sucumbe, no puede con la desmesura humana (los datos científicos son evidentes y elocuentes), pero la agricultura sigue envenenando el suelo de su sustento, como si nada hubiera mañana, como si los hijos y sus hijos no merecieran nada. Así los demás, contaminando cada uno su parte en el montante. Y cuanto más rico y poderoso, empresario saleroso, beneficio mediante, menos importa la hierba, la abeja, el hongo.

Y, por si eso fuera poco, la locura de las guerras. Cada día más cerca la posibilidad de una tercera que nos devuelva a la primera escaramuza de humanidad. Palos y piedras.

Nuestros hijos las van a pasar canutas.

Ayer se jubiló una amiga, y le dije, sin sentido ninguno, así como es la existencia:

"Dios bendiga América".

¡Ay, Señor!