Cada cigarro que fumo lleva tu nombre, hoy y siempre, así como cada rosa que veo me lleva a tu recuerdo, en el humo perdida; veo tus ojos y a lo lejos veo tu reflejo mirando un vacío complejo.
El día que no estés aquí estaré sentada esperándote, con el alma entre el abismo y el corazón en las manos, esperando momento para entregarte todo mi amor y confesarte el pasado, intentando llegar a ser la rosa marchita que tú corazón necesita, que miras, anhelas y necesitas como el aire que respiras, ese día mi amor por ti quedará confesado y plasmado en esta historia confuza de amor que no inicia ni termina, la misma que no necesita un contexto ni un pretexto para seguir con lo nuestro y poder amar sin temor a ser un pasatiempo o un amor pasajero.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.

Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión