naufragando en tu esbozo

a quien encuentre esta botella: gracias.

navegaba por las turbias aguas de tu contraste, timón en una mano, pluma en la otra. soy culpable, por haber esbozado con tinta tu rostro, por haberte usado de canvas mientras intentaba mantener el barco a flote, por haber hundido el barco y dejar tu cara llena de garabatos.

no estuve a la altura de capitanear este barco. tu marea me venció, y hoy escribo desde esta isla en la que me tocó naufragar. no fue por un barco pirata, ni el kraken, ni un accidente, simplemente la furia de tus olas.

y qué si me había fijado en el pronóstico? sabemos que trabaja en probabilidades para cubrir sus errores.

y qué si era mi primera expedición? no puede juzgarme aquel que no conozca la belleza del (a)mar, aquel que no haya visto el ocaso ponerse en el cristalino reflejo del agua. ¿cómo puedo tildarme de ingenuo?, si todo lo que había leído sobre el (a)mar terminó siendo diez veces más fuerte y bello.

sin embargo, heme aquí. siempre escuché que lo que importa es el viaje, no el destino. ¿y qué hago ahora? sí, el viaje fue bellísimo, pero ¿mi destino es esta isla? ¿tengo que esperar a que alguien venga a mi socorro?

¿y cuál sería la gracia de eso? no quiero un viaje con el sol de espaldas, no quiero viajar encamado por la deshidratación, no quiero que alguien viaje por rescatarme en vez de viajar por el viaje... no quiero volver a ensuciar a alguien con tinta.

¿no quiero? ¿no quiero viajar sin tener que taparme los ojos del sol? ¿no quiero viajar cómodo, descansando y en paz? ¿no quiero ser el destino de alguien más? ¿no quiero que mi destino sea alguien más?

quizás eso no sea tan malo. después de ver el terror del (a)mar, no sé si me atrevería a navegar de vuelta.

pero al mismo tiempo, nunca me había atrevido hasta ahora, qué fue lo que cambió?

es obvio, ¿no? por primera vez, me enamoré del destino. ¿el viaje? había que hacerlo, pero me sorprendió su belleza, jamás hubiera imaginado que la brisa del (a)mar se sintiera así.

pero esto no es un pedido de auxilio. así que tiro esta botella al agua que todavía tiene restos de tinta, solo para advertirles que ya no me van a encontrar en esta isla.

¿qué será de mí? esa es una decisión que voy a dejar en las manos del (a)mar.

a quien encuentre esta botella: gracias, y adiós.